Nuestra rutina ha cambiado por completo; hemos vivido un confinamiento, del que vamos saliendo poco a poco, y la incertidumbre de una nueva enfermedad, la Covid-19. Es normal que nos hayamos sentido más preocupados estas semanas, pero esto se hace aún más patente en el caso de pacientes con cáncer, que forman parte de los colectivos vulnerables frente al coronavirus, y sus familiares. Para ayudar a sobrellevar esta situación excepcional, hemos contactado con la psicóloga Nuria Javaloyes Bernacer, del Hospital Quirónsalud TorreviejaEste enlace se abrirá en una ventana nueva, quien nos orienta acerca del confinamiento, el miedo y el aislamiento, entre otras sensaciones posibles. También nos da las pautas para que los cuidadores de estas personas, sean familiares o externos, sepan cómo actuar y les resulte más sencillo el trato.

Usar la risa para aliviar el miedo

Cáncer y su impacto en la familia y el entorno

Esta enfermedad trastoca a la persona en todos los sentidos, desde físico a psicológico, así como a nivel social y familiar. Desde la especialidad de Psicooncología somos conscientes de lo necesario que es estar junto a los pacientes y sus familiares y prestarles atención, sobre todo a la persona en la que recae todo el cuidado.

La figura del cuidador durante el confinamiento

Es fundamental cuidarle a él o ella también, para que pueda atender adecuadamente al enfermo. Esto adquiere todavía mayor relevancia durante el tiempo de confinamiento, porque el principal cuidador se convierte en un apoyo vital dentro de la vivienda, e incluso aumenta su responsabilidad en estos momentos, ya que en ocasiones se convierte en el único contacto personal que tiene el afectado.

¿Cómo lograr el bienestar del cuidador en cuarentena?

  1. En casa debe tener un lugar específico para realizar una pausa, a poder ser que se trate de un sitio específico en el que poder evadirse y disfrutar de actividades agradables que le distraigan, como leer, pintar, hacer punto…, y también descansar.
  2. Igual que cuida el físico del paciente, debe atender el suyo, porque de ello depende que pueda continuar con su labor en los cuidados. Por lo tanto, es esencial que vigile su alimentación y también que siga con el ejercicio, durante el confinamiento.

Y con la vuelta a la normalidad

Entonces los cuidadores pueden aprovechar pequeñas pausas o espacios personales para:

  • Pasear
  • Reunirse con amigos para distraerse
  • Ir al gimnasio

¿Es normal sentir más miedo por el confinamiento y coronavirus?

Sí, totalmente. Y no solo por parte del enfermo. El cuidador puede sentir más miedo debido a esta situación excepcional que estamos viviendo en la actualidad. En su mente pueden aparecer preguntas que reflejen miedo a contagiarse y no poder cuidar al enfermo oncológico, o temor a introducir el virus en casa e infectar al paciente, que pertenece al colectivo vulnerable, así como la preocupación por tener que acudir al hospital cuando había numerosos contagios.

Aunque es normal plantearse estas preguntas, hay que tratar de mantener este miedo a un nivel tolerable, porque si aumenta demasiado puede ocasionar un bloqueo. También resulta contraproducente no sentir nada de miedo. Lo adecuado es que esté a un nivel saludable, así les ayuda a ser precavidos con lógica, tener prudencia y aplicar las pautas de higiene de manera precisa sin anticiparse a lo peor.

¿Cómo mantener el miedo a raya?

A través de una información que se ajuste a la situación de la familia y del enfermo oncológico, evitando la sobreinformación y la desinformación, que son igualmente negativas. Para esto, lo mejor es acudir a especialistas en Oncología, quienes conocen la terapia y el proceso que está realizando el paciente. Por lo tanto, si tienen dudas, lo mejor es que llamen al especialista que conoce al paciente para conseguir la respuesta, y que eviten las búsquedas en internet, puesto que esto puede confundir o alarmar antes que darles solución.

Ejercicios para relajar el cuerpo

También ayudan a controlar los niveles de miedo. Por ejemplo, el paciente y su cuidador pueden incorporar respiraciones diafragmáticas o la relajación muscular de Jacobson, que son ejercicios de relajación muy fáciles de poner en práctica. Si no saben cómo realizarlos, localizarán varios ejemplos en Internet que, además, tienen en cuenta las limitaciones funcionales provocadas por las terapias oncológicas.

Aprovechando que hay que permaner más tiempo en casa, animo a incorporarlos cada día, porque aportan calma y serenidad al cuerpo.

Consejos para personas con cáncer en confinamiento

Recomiendo que:

Mantener el contacto con amigos y familia

  • Sean cuidados y estén atentos a las medidas preventivas, y que las pongan en práctica.
  • Aunque es normal que presten más atención a las sensaciones corporales, no es aconsejable vigilarlos de manera excesiva, porque esto solo aumentará el miedo y la ansiedad.
  • Resuelvan sus preguntas con profesionales especializados.
  • Se distraigan con actividades que también permitan centrarse en otros temas.
  • Continúen con la rutina a la que estaban acostumbrados, siempre que sea posible, ya que así se mantiene un ambiente seguro y de normalidad.
  • Usen humor y risa, que son un estupendo antídoto para el miedo. Por ejemplo, los mensajes graciosos que recibimos por internet nos ayudan a ver de otra manera las cosas que carecen de importancia y son una forma sana de distanciarnos de nosotros mismos y quitarnos tensiones. El humor, en ciertas dosis, puede ser útil para sobrellevar la pandemia sanitaria.

Abrazo virtual para afrontar el aislamiento

Es importante que los enfermos reciban el apoyo de las personas que les quieren, y que puedan sentir su cariño. Aunque un abrazo virtual no sea lo mismo que uno real, sí que puede reconfortar. Para ello, les animo a usar los dispositivos electrónicos y las redes sociales para acercarse a quienes están lejos, y también para recibir un apoyo mutuo de personas que viven la misma experiencia y que están reuniéndose con otros en grupos. A todo ello nos ayuda la tecnología, así que fomentemos su uso.

Si empeora la ansiedad, depresión o angustia

Si llegan a sentirse limitados y con síntomas muy intensos, deben contactar con un especialista en Psicooncología para que les ayude con estrategias adaptadas a cada caso. Para ello, pueden hacer uso de consultas no presenciales. Es fundamental que el paciente y la familia se dejen acompañar en esta situación difícil.

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