Los ejercicios de fuerza son perfectos para realizar en paralelo al tratamiento del cáncer y, en especial, para las mujeres con tumor de pecho. Científicamente se han demostrado los beneficios de entrenar con pesas o el propio peso corporal durante el tratamiento oncológico, entre los que destaca la prevención de la sarcopenia o pérdida de masa muscular, que es uno de los efectos secundarios de la inactividad física de estos pacientes.

La doctora Lucía González Cortijo, jefa del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Quirónsalud MadridEste enlace se abrirá en una ventana nueva, asegura que "el beneficio del ejercicio de fuerza se basa en el hecho de que la contracción muscular genera sustancias en la sangre que activan las células del sistema inmune que ofrecen una acción directa antitumoral".

Conoce el impacto del ejercicio en el tratamiento del cáncer, en especial del tumor de mama. ¡Lee el artículo para saber cuánto tiempo debes dedicarle en tu rutina diaria!

Ejercicio de fuerza durante el tratamiento de cáncer

Los efectos positivos del deporte en pacientes con cáncer no han pasado desapercibidos. Antes se aconsejaba salir a pasear durante el tratamiento por sus beneficios físicos y emocionales.

De forma más reciente, se ha comprobado que el entrenamiento de fuerza es una herramienta fundamental para prevenir la pérdida de masa muscular, lo que médicamente se conoce como sarcopenia, una de las consecuencias graves de la falta de actividad física y el encamamiento que necesitan estos pacientes durante la terapia.

Cabe destacar que la calidad de vida de las personas con cáncer se ve afectada por esta disminución de la masa muscular. Al respecto, la oncóloga detalla que "el encamamiento y la vida sedentaria llevan a nuestros pacientes a una situación de fatiga que se asocia a una pérdida de masa muscular que se denomina sarcopenia. Los pacientes con sarcopenia toleran peor los tratamientos y tienen peor pronóstico".

Ejercicio de fuerza en el cáncer: pautas y beneficiosEjercicio de fuerza en el cáncer: pautas y beneficios

Afortunadamente, el entrenamiento de fuerza ayuda a trabajar los músculos y, por tanto, evitar la sarcopenia. Además, este deporte no solo se realiza levantando pesas, sino que existen otras formas de incorporarlo en la rutina. En este sentido, el doctor Luis Serratosa Fernández, jefe de Medicina de la Educación Física y el Deporte de dicho centroEste enlace se abrirá en una ventana nueva, nos explica que "el ejercicio de fuerza, ya sea soportando el peso propio del cuerpo, con pesas, máquinas o con bandas elásticas, contribuye a mantener y mejorar la masa y la fuerza muscular por medio de múltiples mecanismos, entre los que destacan el efecto positivo en la regeneración de las fibras musculares, una disminución en su degradación, una mejora en la función muscular y neuromuscular y una disminución del grado de inflamación sistémica".

Otro beneficio del entrenamiento de fuerza en el cáncer es que se generan las llamadas miocinas, cuya acción es positiva tanto de forma local como en tejidos distantes.

Ejercicio de fuerza y mujeres con cáncer de pecho

La doctora asegura que "el cáncer de mama es el primer tumor en el que se demostró que había mejoras en la supervivencia gracias a la realización de ejercicio de fuerza junto con aeróbico en un estudio aleatorio".

Igualmente, se han encontrado datos positivos en otros tumores, tal como afirma el doctor: "ya existe evidencia de una menor mortalidad también en los cánceres de colon, así como en el de próstata, además de una disminución por cualquier causa (principalmente de origen cardiovascular) en el cáncer de endometrio, en el de ovario y en el de pulmón. En la mayoría de estos tumores existe evidencia sobrada del efecto positivo sobre la calidad de vida de los pacientes, sobre todo con la mejoría de su función muscular".

Ejercicio recomendado para pacientes con cáncer

A la semana debemos dedicar 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos si es más intensa, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El doctor apunta que "las recomendaciones de la OMS son un mínimo. Partiendo de ese punto de partida, cuanto más mejor, siempre que sea tolerado y asimilado por el paciente".

En concreto, a la hora de realizar ejercicio de fuerza, se recomienda a las personas con cáncer dedicar como mínimo 2 o 3 días a la semana, alternándolos. "Con sesiones que incluyan de seis a ocho tipos distintos de ejercicio de los principales grupos musculares y con tres series de entre 8 y 12 repeticiones con recuperación entre cada serie", precisa el doctor.

Si además combinamos actividades aeróbicas con otras de fuerza, sería perfecto. Asimismo, el doctor aconseja "no dejar más de dos días de inactividad, aunque es preciso puntualizar que el paciente oncológico requiere una personalización de la dosis de ejercicio, tanto en el número de sesiones y repeticiones como en la relación entre carga, peso y resistencia. También los tiempos de recuperación han de ser adaptados".

Otra pauta durante el entrenamiento físico en el cáncer es que se valore de forma constante la tolerancia a la actividad física, mediante factores como la sensación del esfuerzo, la fatiga o la recuperación.

Por último, el doctor también sugiere "tener en cuenta otras enfermedades relacionadas o no con el cáncer y, por supuesto, los efectos secundarios y secuelas de los tratamientos médicos o quirúrgicos. Muchos de los pacientes pueden llegar a realizar ejercicio intenso, pero la progresión debe ser siempre gradual e individualizada atendiendo a los síntomas de alarma".

En definitiva, el ejercicio es un aliado contra el cáncer y también durante el tratamiento de esta enfermedad, tal como subraya la oncóloga: "Mejora la calidad de vida y reduce la toxicidad de las terapias y, después del tratamiento, mejora la supervivencia, especialmente en cáncer de mama".

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