Motivos para vacunarse de la gripe y a quién se aconseja

Con el comienzo de la campaña de vacunación de la gripe es posible que te hayas planteado si debes vacunarte o no. Cada año con la llegada del frío aumentan los contagios de esta enfermedad infecciosa, y, sin duda, la vacuna es una de las medidas de prevención con mayor efectividad.

Para conocer qué es la gripe y sus posibles riesgos, hemos acudido a la consulta de la doctora Natalia Juan Serra, especialista en Medicina Interna del Centro Médico Teknon, quien nos responde a las preguntas frecuentes sobre esta enfermedad y su prevención con la vacuna antigripal.

Qué es la gripe y cómo se manifiesta

Esta enfermedad infecciosa respiratoria está originada por el virus influenza. Existen 3 clases de gripe, que son A, B y C, y varios subtipos.

Los principales síntomas de la gripe son:

• Fiebre alta
• Dolor de cabeza
• Molestias musculares
• Agotamiento
• Tos seca, molestias de garganta o mocos son otros posibles efectos

Riesgos de esta enfermedad infecciosa

Los efectos pueden ser más graves en el caso de los grupos de riesgo, entre los que se incluyen ancianos o pacientes con enfermedades crónicas.

En concreto, estas personas pueden manifestar ciertas complicaciones como bronquitis o neumonía, así como la descompensación de las enfermedades crónicas previas, por lo que podrían necesitar el ingreso hospitalario o, en el peor de los casos, ser causa de fallecimiento.

Vacuna antigripal, la medida preventiva más eficaz

Hay que tener en cuenta que el virus de influenza se transmite mediante las gotas que expulsamos al respirar y, en especial, a través del contacto de las manos. Por eso, entre las medidas para evitar el contagio de la gripe se encuentra el lavado frecuente de manos o cubrirse la boca al toser o estornudar.

Por otro lado, la vacunación de la gripe es la medida de prevención primaria más efectiva frente a esta enfermedad y sus complicaciones.

A quién se recomienda

Especialmente a personas con estas características:

• Mayores de 65 años.
• Personas con patologías crónicas: diabetes, cáncer, enfermedades de tipo vascular o respiratorio, o inmunodeprimidas.
• Mujeres embarazadas a partir del segundo trimestre.
• Trabajadores sanitarios, de hogares de ancianos y profesores.
• Familiares de personas con mayor riesgo.

Por qué es importante vacunarse contra la gripe

Gracias a ella, cerca del 80% de los vacunados estarán protegidos frente a la gripe. De hecho, en varios ensayos clínicos se ha demostrado que descienden los fallecimientos, los ingresos en el hospital y las complicaciones de la gripe en los grupos de riesgo con patologías crónicas.

Igualmente, es importante para prevenir el ingreso hospitalario de las personas vulnerables, y además es una muestra de solidaridad y responsabilidad en la prevención de contagios, en el cuidado de las personas cercanas y en evitar que los centros sanitarios terminen saturados.

Efectos secundarios tras la vacuna de la gripe

Se trata de una vacuna recombinante, lo que significa que no incluye virus viables que puedan desarrollar la gripe. No obstante, en algunos casos sí pueden aparecer ciertos efectos secundarios después de administrar la vacuna, tales como una reacción local, fiebre o molestias leves.

En cualquier caso, estos riesgos son más leves que los que puede implicar la gripe si una persona no se vacuna, por lo que en ningún caso son motivo para decidir no vacunarse.

¿Qué ocurre si el virus de la influenza sufre una mutación?

Cada año se diseñan las vacunas antigripales conforme a las particularidades que manifiesta el virus en ese instante. Sin embargo, aunque se produzca una mutación, los especialistas se encargan de su vigilancia, por lo que pueden adecuar la vacuna a los cambios del virus, según lo que ocurre en el hemisferio que se encuentra en el periodo de otoño-invierno. De este modo, las vacunas antigripales recientes ayudan a producir los anticuerpos contra cualquier tipo de gripe que encontramos en ese momento.

Cabe señalar que el virus de la gripe presenta una alteración genética cada 10 años, lo que provoca que la vacuna reduzca su efectividad el año en el que eso sucede y, en consecuencia, se origina una epidemia.