Cómo controlar la hipertensión en verano
Te contamos qué precauciones tomar en vacaciones para evitar riesgos cardiovasculares
En verano queremos exprimir al máximo el tiempo libre, las comidas con amigos y familiares, el sol… y esto hace que, a menudo, no sigamos las pautas prescritas por nuestro especialista en el control de la hipertensión.
Lamentablemente, según los cardiólogos del Hospital Quirónsalud Torrevieja y Hospital Quirónsalud Murcia, se estima que el 20% de los pacientes hipertensos no cumple con el tratamiento en la época estival, ignorando las consecuencias que puede acarrear.
¿Cómo afecta el verano a esta enfermedad? ¿Qué sucede cuando se incumple el tratamiento médico? ¿Es posible disfrutar de las vacaciones sin descontrolar la hipertensión? Atento, ¡te contamos cómo conseguirlo!
Riesgos y recomendaciones con el tratamiento
Es muy importante continuar con las pautas para la hipertensión que prescribe nuestro cardiólogo. Además, es recomendable acudir a consulta antes de irnos de vacaciones para que nos ayuden a adaptar el tratamiento y los diuréticos a los meses de calor, ya que los efectos de éste pueden repercutir en los enfermos.
En este sentido, el doctor Rafael Florenciano Sánchez, especialista en Cardiología del Hospital Quirónsalud Torrevieja, nos matiza que "todas las precauciones son pocas para disfrutar de unos días de descanso sin contratiempos".
Si no seguimos el tratamiento médico, se incrementa el riesgo de padecer enfermedades de tipo cardiovascular y cerebrovascular, como:
- Ictus
- Angina
- Infarto
- Insuficiencia cardiaca
- Insuficiencia renal
Hipertensión y verano: situaciones especiales
Durante las vacaciones vivimos situaciones distintas y otros factores que, en conjunto, "provocan un descontrol de la tensión arterial", nos indica nuestro doctor, quien señala algunos de estos factores:
- Alimentación inadecuada con mucha sal y grasas
- Fumar excesivamente
- Bebidas alcohólicas
- Practicar menos ejercicio físico y con menor regularidad
Factores que influyen en la hipertensión
Existen otras causas que son características del verano, como el sol y el calor, que afectan a los hipertensos:
- El calor baja la presión arterial. Esto se debe a que con las altas temperaturas se produce una vasodilatación que ayuda a disminuir la temperatura del cuerpo. Como consecuencia de ello, la tensión arterial es generalmente más baja en verano que en invierno.
- ¡Ojo con el sol y la deshidratación! Beber líquidos con frecuencia y no exponernos al sol de forma prolongada son dos pautas importantes. Si no lo cumplimos, podemos acabar sufriendo una bajada excesiva de la presión sanguínea, lo que se conoce como hipotensión que, en el peor de los casos, puede ocasionar que nos desmayemos o perdamos el conocimiento.
- Precaución con los pacientes mayores. Para estas personas suele ser más complicado eliminar el calor corporal debido al habitual deterioro del proceso de sudoración, así como a que es normal que a ciertas edades se padezcan algunas afecciones cardiacas y renales. Como consecuencia, al cuerpo le cuesta más eliminar el exceso de calor.
- Mayor pérdida de líquidos en hipertensos debido a la medicación. Nuestro cardiólogo nos advierte que "uno de los medicamentos utilizados para el tratamiento de la presión arterial alta son los diuréticos, lo cual, sumado a las altas temperaturas del ambiente, hace que el paciente pierda más líquidos, motivo por el cual es de vital importancia que se tomen más líquidos de lo que se acostumbra".
10 consejos en verano para hipertensos
Por los anteriores motivos, rescatamos unas pautas de la mano de nuestro cardiólogo ¡para que nuestra salud no se resienta!:
- Llevar el tratamiento médico, con nosotros a todas partes. Es lógico que en verano echemos por la borda los horarios y rutinas, y esto hace que, a menudo, no nos tomemos los medicamentos. Si el tratamiento nos acompaña en nuestras aventuras, quizá nuestra rutina se complique, pero nuestra salud nos lo agradecerá.
- Ojo con los efectos del calor. Seamos cautos y evitemos el sol en las horas más calurosas, de 12.00 a 16.00 horas, y más aún las exposiciones prolongadas. Las causas de mortalidad en las olas de calor se asocian sobre todo a enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y respiratorias.
- Mantener una dieta equilibrada y saludable.
- Prohibido el abuso de alcohol, ya que puede alterar el ritmo cardíaco y un determinado grado de insuficiencia contráctil.
- Evitar los destinos con temperaturas extremas o situados a una altitud mayor de 2.000 metros. Si la salud de nuestro corazón está perjudicada, este necesitará realizar un esfuerzo mayor en los países con estas características.
- Tener en cuenta que un viaje largo en avión nos hace permanecer sentados y quietos de forma prolongada, y esto incrementa la posibilidad de padecer el síndrome de trombosis venosa profunda en las venas de las piernas.
- Descansar es fundamental. Dormir poco puede afectar a nuestra salud cardiovascular. De hecho, un descanso insuficiente incrementa los niveles de las hormonas del estrés en la sangre, provocando un aumento de la tensión arterial y el ritmo cardiaco.
- Mantenerse hidratado, bebiendo mucha agua.
- Añadir mucha fruta en nuestra dieta.
- Llevar ropa ligera que nos ayuda a reponer los líquidos que perdemos por el sudor, impidiendo la deshidratación y golpes de calor.
Así que, hagamos lo que hagamos en verano, ¡no descuidemos la salud de nuestro corazón!
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