¿Sabías que el alcohol afecta a la mente y las emociones?

La ingesta de alcohol puede cambiar la conducta, deteriorar nuestro cerebro o hacernos tomar decisiones de las que luego nos arrepentiremos. Aunque en torno a esta sustancia tóxica existe el falso mito de que te vuelve más sociable, la realidad es que puede ocurrir todo lo contrario.

Conoce cómo influyen las bebidas alcohólicas en nuestro cerebro.

Por qué aumenta el riesgo de alcoholismo durante las celebraciones

El trastorno por consumo de alcohol, popularmente conocido como alcoholismo, es una enfermedad mental. El doctor Joan Francesc Serra Pla, psicólogo clínico adjunto del Hospital Quirónsalud Digital, nos explica que se caracteriza "por la capacidad disminuida de detener o controlar el consumo del alcohol a pesar de las consecuencias adversas de este". Según el nivel de dependencia y el patrón de consumo, puede clasificarse en leve, moderado o intenso. Y, como avisa el experto, "puede provocar efectos psicológicos u otros".

Hay que tener en cuenta que las épocas de celebrar y de quedar con familiares y amigos, como las navidades, reúnen una serie de factores que pueden incitar a un mayor consumo de alcohol, sobre todo a las personas que sufren este trastorno mental. Y es que son momentos en los que las sensaciones, tanto buenas como malas, se experimentan con mayor intensidad.

Afortunadamente, existen tratamientos en Psicología Clínica, que ahora se pueden realizar online y que ofrecen ayuda profesional a personas que sufren alcoholismo. De esta manera, cuentan con apoyo para continuar recuperándose.

Cómo afecta el alcohol al cerebro

Las consecuencias de las bebidas alcohólicas a nivel mental se pueden notar en tan solo unos minutos, haciendo que la persona:

Ilustración de neuronas y redes neuronales

• Experimenta pérdidas de memoria. Dependiendo del número de bebidas alcohólicas que se hayan consumido, podemos experimentar olvidos transitorios o de sucesos enteros. La explicación es que las neuronas del hipocampo, es decir, la memoria, se ven perjudicadas por esta sustancia.
• Sufre alteraciones a nivel emocional. Una falsa creencia del alcohol es que sirve como estimulante físico y mental, lo que lleva a pensar erróneamente que, al beberlo, uno se desinhibe y socializa más. Sin embargo, el alcohol es, en realidad, un depresor del sistema nervioso, por lo que, después de esa sensación inicial de euforia, la persona se vuelve triste, ansiosa o agresiva.
• Toma decisiones sin pensar. El doctor nos indica que "el alcohol provoca menor control de los impulsos en la toma de decisiones, debido a la afectación en el córtex prefrontal".
• Sufre desmayos. Si la persona ingiere una elevada cantidad de alcohol, esto puede ser difícil de metabolizar, lo que puede causar un efecto tan grave como la pérdida de conocimiento.

Alcoholismo y daños mentales

Esta enfermedad puede causar problemas más graves si se mantiene en el tiempo. El doctor apunta que "los síntomas psicológicos a largo plazo comienzan a manifestarse en cuestión de semanas, meses o años".

Una de las consecuencias del alcohol en el cerebro es que el número de neuronas disminuye de una manera muy significativa a causa de la toxicidad de esta sustancia. También puede afectar al desarrollo cerebral, generando dificultades para aprender u otros efectos en la memoria, especialmente entre la población joven.

Por otro lado, el alcoholismo perjudica a la salud emocional. En este sentido, el especialista nos detalla que "el consumo continuado de alcohol disminuye la cantidad de serotonina, neurotransmisor implicado en el estado de ánimo, lo que lleva a padecer cuadros depresivos y ansiosos". Esta situación puede empeorar cuando la persona se siente un inútil o que no es aceptado socialmente.

Igualmente, la persona que bebe alcohol puede ser más inmadura emocionalmente. Además, puede sufrir una alteración de la realidad, llegando a engañarse a sí misma, a tener creencias falsas o a no confiar, y todo ello incrementa la depresión.

Por último, el doctor señala los grandes trastornos por beber alcohol: "si a corto plazo ocurren ya daños en el sistema nervioso, a largo plazo son peores y pueden aparecer cuadros de demencia, Síndrome de Wernicke-Korsakoff, o psicosis".