6 trastornos mentales muy comunes y los signos de alerta
Reconoce los síntomas de estrés, ansiedad, depresión, TOC, trastornos alimentarios o esquizofrenia
Las enfermedades de salud mental no se perciben a simple vista, incluso la persona que la padece no es consciente de ello hasta que se agrava. Sin embargo, su impacto es muy negativo a nivel mental, físico, personal y social.
Estrés, ansiedad, depresión, TOC, trastornos alimentarios y esquizofrenia se encuentran entre los problemas de salud mental más habituales en la sociedad, y algunos de ellos pueden manifestarse desde la infancia o la adolescencia.
Sigue leyendo para conocer los síntomas de los trastornos mentales más comunes.
1. Estrés, el problema de salud mental actual
Se trata de una reacción natural de nuestro organismo ante ciertos estímulos. Pero, sin la gestión adecuada, puede acarrear consecuencias en la salud. Mónica Sagardoy, psicóloga general sanitaria de la unidad de Salud y Bienestar Mental del Hospital Quirónsalud Digital, nos acerca la definición de la Asociación Americana de Psiquiatría: "Un patrón de respuestas que una persona experimenta ante estímulos que perturban su equilibrio y que exceden su capacidad para hacerles frente".
El estrés puede estar causado por sucesos que ponen en riesgo a la propia persona o a sus seres queridos, y ahora también por cambios importantes en la vida. La psicóloga, de hecho, nos indica que "los casos más frecuentes se deben a la presencia de cambios vitales significativos que pueden amenazar nuestra estabilidad emocional o social, y conllevan un fracaso en las estrategias de adaptación a situaciones adversas".
Signos de estrés
Los síntomas de este problema de salud mental se pueden diferenciar según el tipo de estrés:
- Estrés por cambios vitales significativos. La falta de adaptación ante situaciones que ponen en riesgo la estabilidad emocional y social puede causar ansiedad, preocupación, bajo estado anímico, sensación de incapacidad o deterioro en el desarrollo de las tareas diarias.
- Estrés agudo. Esta respuesta del organismo viene desencadenada por sucesos graves o amenazantes. Este trastorno de salud mental se reconoce por síntomas como problemas de atención, desorientación, pérdida de memoria e hiperactividad, y con frecuencia taquicardia y sudor.
- Estrés postraumático. Suele aparecer después de un suceso amenazante y se identifica porque provoca pesadillas, vivencias repetitivas del suceso, desapego, falta de motivación, excesiva vigilancia, insomnio o tendencia a evitar situaciones relacionadas con el trauma.
Afortunadamente, el tratamiento del estrés ayuda a disminuir sus efectos y, además, proporciona herramientas para afrontar los cambios vitales. Igualmente, existen hábitos y conductas para aliviar el estrés de forma sencilla, tal como destaca la experta: realizar ejercicio y técnicas de relajación, incorporar el mindfulness o mejorar la gestión del tiempo.
2. Ansiedad y señales de alerta
Este trastorno de salud mental está entre los más habituales, junto a la depresión. Sagardoy define la ansiedad como "una respuesta emocional que se desencadena ante situaciones amenazantes reales o percibidas como tales". En el caso de que esta amenaza no sea real, sino percibida, se denomina ansiedad patológica o desadaptativa, y puede aparecer de forma repetida causando angustia, inquietud o malestar.
Aunque no existen evidencias científicas acerca del origen de la ansiedad, sí se barajan varias hipótesis en torno a posibles factores causantes. Pues bien, entre ellos se encuentran los factores biológicos, como una mayor sensibilidad en el sistema nervioso autónomo; cognitivos, que es la forma en que procesamos y valoramos la información; y conductuales, relacionados con aprendizajes del pasado que afectan a las respuestas futuras.
Todos los síntomas de la ansiedad
- Aumento del latido del corazón.
- Problemas digestivos.
- Sudoración.
- Tensión muscular.
- Problemas respiratorios.
- Opresión en el pecho.
- Mareos.
- Gran preocupación o rumiación.
- Pensamiento irracional.
- Permanente anticipación.
- Valoraciones negativas de lo que ha ocurrido o pensamientos catastróficos, entre otras malinterpretaciones.
- Otros efectos de la ansiedad relacionados con la conducta o el comportamiento, como bloqueos, hipervigilancia, alteraciones en el sueño o la alimentación, falta de control en las reacciones o evitar las relaciones sociales.
Actualmente, existen terapias específicas para la ansiedad, que además se pueden acompañar con la toma de medicación.
3. Depresión: síntomas físicos y mentales
No conviene confundir la tristeza con la depresión. La primera es una emoción básica del ser humano, mientras que la depresión es una enfermedad mental grave que ya supera los 300 millones de afectados en el mundo. El doctor Joan Francesc Serra Pla, psicólogo clínico adjunto del Hospital Quirónsalud Digital, añade que "se estima que una de cada cinco personas sufrirán depresión a lo largo de sus vidas, y afecta al doble de mujeres que de hombres".
Así se comporta una persona con depresión
Los indicios de la depresión pueden ser:
- Bajo estado de ánimo.
- Pérdida de interés por las aficiones e incluso la familia y el trabajo.
- Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
- Aplazamiento de las obligaciones.
- Cambios evidentes de peso o de apetito.
- Insomnio o somnolencia con frecuencia.
- Sensación de culpabilidad e inutilidad, sobre todo en relación a acontecimientos pasados o que es improbable que ocurran en un futuro.
- Cansancio la mayoría de los días.
- Cambios psicomotores, como sobreexcitación o enlentecimiento, que indica un empeoramiento de la depresión.
- Pensamientos de muerte o de suicidio, en el peor de los casos.
Actualmente, existen terapias para tratar la depresión, y a partir del tercer mes se puede notar una mejoría. Si este trastorno mental no recibe el tratamiento adecuado, sus efectos pueden prolongarse. El doctor añade que "muchas veces pueden pasar años, y es posible que los síntomas no lleguen a remitir del todo, por lo que es muy importante acudir lo antes posible a un especialista en salud mental".
Depresión en niños y adolescentes
Desde la pandemia, el número de casos de enfermedades que afectan a la salud mental ha aumentado entre la población infantil. Precisamente, la depresión es uno de los más prevalentes, y en el mundo supone la principal causa de discapacidad por enfermedad entre los 10 y los 24 años.
A diferencia de los adultos, la depresión infantil provoca más irritabilidad que tristeza. La doctora Berta Cejas Pascual, psiquiatra del Hospital Universitari Sagrat Cor, añade que "se manifiestan cambios en el humor, en el pensamiento y en la actividad que conllevan un impacto negativo en el funcionamiento del niño o adolescente".
Igualmente, la depresión en la infancia puede afectar a nivel afectivo, causando aislamiento y ansiedad; cognitivo, provocando despistes o problemas de concentración; y físico, como inquietud, cansancio o incluso dolores abdominales o de cabeza.
4. TOC: qué es y cómo reconocerlo
El trastorno obsesivo compulsivo, más conocido por sus siglas TOC, es un tipo de ansiedad que se identifica por la presencia de una serie de obsesiones o compulsiones, o ambas. Esto obstaculiza el desempeño de las tareas, y, a su vez, provoca malestar y una pérdida de tiempo de más de una hora al día. Pero ¿qué se entiende por obsesiones y compulsiones?
La doctora Susana Amodeo Escribano, psicóloga clínica adjunta de Psiquiatría del Hospital Universitario Fundación Jimenez Díaz, nos explica que "las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes mentales recurrentes y persistentes que se experimentan en algún momento del trastorno como intrusivos o inapropiados, y causan ansiedad y malestar". Frente a esto, la persona con TOC suele tratar de ignorarlos o sustituirlos por otros pensamientos o actos.
En cambio, las compulsiones se refieren a una serie de rituales o reglas que la persona con TOC siente la obligación de realizar continuamente. Pueden ser actos mentales como contar números en silencio o repetir palabras, o también conductas, como organizar objetos o hacer una serie de comprobaciones. "El objetivo de las compulsiones es reducir el malestar y la ansiedad o prevenir algún acontecimiento negativo, aunque no estén conectadas de forma realista con lo que pretenden neutralizar o prevenir", apunta la doctora.
En general, una persona con TOC percibe como absurdos o carentes de lógica las obsesiones o las compulsiones. Pero no es así en los casos graves, tal como asegura la doctora: "La persona está completamente convencida de la veracidad de sus contenidos obsesivos, por ejemplo, la creencia de que si no cuenta los coches rojos que pasan por la calle puede ocurrir una desgracia a su familia".
Hay que añadir que el TOC puede empezar en la infancia, aunque suele manifestarse en la adolescencia o al comienzo de la vida adulta. Para tratarlo, es importante diagnosticarlo correctamente.
5. Síntomas de anorexia, bulimia y trastorno por atracón
Estos trastornos de conducta alimentaria se consideran problemas graves de salud mental, ya que afectan a la actitud frente a la comida haciendo que la persona tienda a comer muy poco o demasiado en periodos cortos de tiempo.
El doctor Serra Pla nos explica que "como consecuencia se puede comer mucho menos o mucho más de lo necesario, algo que puede provocar problemas de salud como enfermedades cardíacas y renales, o incluso la muerte".
Por eso, es fundamental pedir ayuda profesional cuanto antes, y abordarlo de forma adecuada. El doctor Pla hace hincapié en que "el tratamiento para los trastornos alimentarios puede incluir tanto psicoterapia individual, como grupal o familiar, asesoramiento nutricional y, en algunos casos, medicamentos, atención médica y monitoreo".
Señales de los TCA
Los signos de alerta de estos trastornos pueden variar:
- Anorexia. Las personas con este trastorno alimenticio comen muy poco o se restringen alimentos. Otras señales de anorexia son la delgadez extrema, el miedo a engordar o el ejercicio intenso y en exceso.
- Bulimia. Provoca atracones de comida que se intentan compensar con vómitos, laxantes, ayuno o ejercicio. La bulimia provoca cambios bruscos en el peso corporal, en lugar de una pérdida de peso continuada, y también causa desgaste de los dientes o dolor de garganta crónico.
- Trastorno por atracón. Al igual que en la bulimia, se producen atracones en periodos concretos de tiempo, pero en este caso no se trata de compensar. Después del atracón de comida, se siente culpabilidad, vergüenza o angustia. El peso puede aumentar o mantenerse, por lo que el doctor advierte que "es habitual que se detecte cuando el sujeto ya tiene síntomas propios de la depresión".
6. Esquizofrenia y las señales de alerta
Esta enfermedad mental es una de las más dispacitantes y, con frecuencia, las personas afectadas no son conscientes de que la padecen. La doctora Alicia Fraile, psiquiatra del Hospital Quirónsalud Digital, nos señala que "la esquizofrenia constituye la enfermedad mental por excelencia, la ‘locura’ exclusivamente humana".
Aunque no existe un tratamiento para curar la esquizofrenia de forma definitiva, sí pueden atenuarse sus efectos con medicamentos antipsicóticos y terapia. Al respecto, la doctora Fraile afirma que "estos pacientes se beneficiarán de intervenciones psicosociales: psicoeducación familiar, entrenamiento en habilidades sociales y terapia cognitivo-conductual son los que cuentan con mayor respaldo".
Síntomas de la esquizofrenia
Son muy variados y se clasifican entre síntomas positivos y negativos. En los primeros se encuentran alucinaciones, delirios o desorganización del comportamiento, y los más habituales son escuchar voces en tercera persona que comentan entre ellas la conducta de la persona, o creer que se mantiene una relación especial con otra persona.
Por otro lado, los síntomas negativos de la esquizofrenia son menos llamativos, por ejemplo, apatía, aplanamiento afectivo o el aislamiento social que puede conllevar la paranoia.
Igualmente, las personas con esquizofrenia pueden presentar deterioro cognitivo, que afecta sobre todo al aprendizaje, la memoria, la atención o la velocidad de procesar la información. "Además en la esquizofrenia es frecuente la falta de conciencia de enfermedad, que dificulta enormemente la alianza terapéutica y el cumplimiento del tratamiento farmacológico", avisa la experta.
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