Cómo evitar atragantamientos con las 12 uvas de las campanadas
Con estos consejos las personas con dificultad para tragar pueden participar en la tradición de comer las uvas en Nochevieja sin miedo a atragantarse
Cada 31 de diciembre en España se despide el año con 12 uvas, una por cada campanada, para entrar con buen pie en el siguiente. Si bien es cierto que este momento de Nochevieja suele traer momentos divertidos y especiales, también puede suponer un riesgo de atragantamiento para las personas con disfagia o problemas de deglución.
Si este año nos acompaña un familiar con dificultad para tragar, podemos preparar unas uvas especiales que le permitirán participar en la tradición. ¡Te explicamos cómo hacerlo!
Por qué es un peligro comer las uvas para personas con disfagia
La disfagia es un problema de deglución que dificulta el transporte de alimentos sólidos y líquidos desde la boca hasta el estómago. Jaime Paniagua Monreal, logopeda de la Unidad de Disfagia y Trastornos de la Deglución del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, nos indica que "la disfagia supone un riesgo para la seguridad de la persona que lo padece porque existe el peligro de malnutrición o que los alimentos entren en la vía aérea".
Por lo tanto, es lógico que la tradición de ingerir 12 uvas a la velocidad de las campanadas puede propiciar atragantamientos en las personas con disfagia. El logopeda nos lo explica así: "Al comer apresuradamente corren el riesgo de que el alimento entre en la vía aérea, contaminando los pulmones y poniendo en riesgo a la persona de padecer patología respiratoria y otras comorbilidades".
Igualmente, las características de las uvas ya suponen un alimento peligroso para las personas que no digieren fácilmente, ya que tienen aspecto redondo y contienen piel y pepitas. De ello nos advierte el especialista: "Las uvas pueden causar incidentes graves si se introducen en la vía aérea, y además la piel requiere más ciclos masticatorios. Por otro lado, la presencia de pepitas obliga al paciente a estar atento".
A todo ello hay que añadir el temor a sufrir atragantamientos con la comida. "Es algo que acompaña a la persona en su día a día, disminuyendo su calidad de vida, lo que les impide participar con sus allegados en esta clase de eventos sociales", asegura el especialista.
Consejos para prevenir atragantamientos con las uvas en Nochevieja
Lo ideal es adaptarlas para que sean más fáciles de digerir en caso de disfagia u otros problemas de deglución. El especialista nos explica cómo conseguir unas uvas más digeribles: "Pueden elaborar unas uvas adaptadas con mosto, colorante alimentario verde y espesante que consigan una preparación con textura similar a la miel o al pudin". Seguidamente, debemos repartir la preparación en 12 cucharillas, de modo que puedan ingerir su contenido en lugar de las uvas sólidas.
En cambio, para disfagias severas con una deglución más difícil, podemos preparar una espuma estabilizada comestible elaborada con mosto y lecitina de soja. "La espuma genera flujo salival pero no genera bolo alimenticio siendo fácil de digerir por estos pacientes", añade el logopeda.
En el caso de que nuestro familiar pueda digerir alimentos troceados, podemos limpiar y preparar las uvas para que sean más fáciles de tragar. Para ello, el especialista nos recomienda quitar la piel y las pepitas, y después cortarlas en dos o cuatro trozos cada una: "Así obtenemos un alimento con menor resistencia que requiere menos esfuerzo y menos ciclos masticatorios para ser digerido".
Qué origina los problemas de deglución
Los problemas para tragar alimentos suelen desarrollarse en personas con estas enfermedades:
- Después del ictus. Hasta un 67% de las personas presentan algún grado de trastorno de la deglución tras sufrir un ictus.
- Enfermedad neurodegenerativas.
- Cáncer de cabeza y cuello, sobre todo en pacientes tratados con radioterapia.
- Después de una operación cervical.
- Trastornos neurológicos funcionales.
- Fagofobia, que es el temor a tragar alimentos y propicia la aparición de problemas de deglución.
Consecuencias de la disfagia
La doctora Silvia Verónica Domínguez Ovejas, especialista en Otorrinolaringología de la misma unidad hospitalaria, nos indica que "las personas que padecen disfagia pueden tener problemas para que el bolo alimenticio sea deglutido, lo que incrementa su riesgo de malnutrición".
Otra posible consecuencia de la disfagia es que el alimento puede acceder a la vía aérea contaminando los pulmones, lo que puede poner en riesgo de desarrollo de enfermedades respiratorias.
Por otro lado, no conviene olvidar su impacto emocional por "la incapacidad para poder alimentarse y el miedo a atragantarse, que les acompañan en su día a día disminuyendo la calidad de vida", asegura la doctora.
Cómo se detecta la disfagia
Se sospecha de este problema cuando las personas presentan estos síntomas:
- Pierde peso por el problema para tragar
- Evita comer fuera por los problemas de deglución
- Supone una dificultad tragar líquidos o sólidos
- Tose al ingerir alimentos
Ante estas señales de alarma, es necesario realizar pruebas como la bucofaringoscopia o la fibrolaringoscopia para detectar problemas estructurales para la deglución, o la videoendoscopia que ayuda a precisar el diagnóstico.
© 2024 Quirónsalud - Todos los derechos reservados