Sarcopenia o pérdida de masa muscular
Te explicamos qué es y su relación con el envejecimiento
La composición del cuerpo cambia como consecuencia del envejecimiento, y la pérdida de la masa muscular, o sarcopenia, es uno de estos cambios, que, a su vez, puede repercutir en la movilidad y la funcionalidad físicas.
La doctora María Luisa de Mingo Domínguez, jefa de servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital La Luz, nos indica que "el proceso de envejecimiento conlleva un deterioro de la capacidad física, debido a los cambios que se producen en el sistema musculoesquelético, con pérdida de masa muscular, pérdida ósea y pérdida de elasticidad de los tejidos". A causa de todo ello, la fuerza y la calidad del músculo también disminuyen.
Sarcopenia: qué es y sus causas
Es uno de los cambios que se produce en la composición corporal debido al paso del tiempo. Nuestra experta nos explica que "la sarcopenia es un síndrome complejo relacionado con la pérdida de masa muscular, bien de forma aislada o acompañada de un aumento de la masa grasa". En este último caso, además, la grasa se sitúa entre las fibras del músculo, lo que deteriora la calidad muscular.
Como consecuencia de esta pérdida de masa muscular, las personas con más edad pueden ver afectada su dependencia, e incluso sufrir caídas, así como fracturas en el peor de los casos. Al respecto, nuestra endocrina nos señala que "la sarcopenia tiene un importante papel en la aparición de fragilidad y deterioro de la capacidad funcional en personas de edad avanzada, condicionando un incremento de la dependencia y las hospitalizaciones".
En cuanto a la presencia de la sarcopenia, se estima una prevalencia del 5-40%, cuya cifra se incrementa de manera exponencial con los años. De hecho, está en el 5-13% a los 70 años, y en mayores de 80 años sube, situándose en el 11-50%.
Afortunadamente, "su prevención y su mejoría disminuyen la mortalidad", tal como destaca nuestra especialista. Por lo tanto, la edad no debe ser una excusa para dejar de cuidarse, sino un incentivo para seguir manteniéndose activos y comiendo sano.
¿Qué causa la sarcopenia?
Existen varios factores que motivan la aparición de esta pérdida de masa muscular:
- Falta de actividad física.
- Cambios en el funcionamiento del sistema endocrino relacionados con la edad. Disminuye la testosterona, la hormona de crecimiento y el estradiol, u hormona sexual femenina, y aparece resistencia a la insulina.
- Enfermedades crónicas que afectan al corazón, al pulmón, al riñón, al hígado, a funciones endocrinas y de tipo neoplásico o tumoral.
- Menor producción de insulina.
- Mala alimentación, con aporte insuficiente de proteínas, calorías y nutrientes en general.
- Enfermedades que causan malabsorción, como la celiaquía.
- Insuficiente cantidad de vitaminas.
- Medicación que quita las ganas de comer.
¿Cómo se diagnostica la sarcopenia?
Para su diagnóstico se realizan varias pruebas que miden tres aspectos:
1. Masa muscular, a través de:
- Bioimpedanciometría, que es un examen que permite observar la composición corporal
- Densitometría para comprobar la densidad mineral ósea
2. Fuerza muscular, mediante las pruebas:
- Dinamómetro para calcular la fuerza
- Sentarse y levantarse
3. Rendimiento y funcionalidad, observados a través de:
- Velocidad de la marcha
- Levantarse y caminar
- Subir escaleras
- Andar 400 metros
Prevención de la sarcopenia o pérdida muscular
Para evitar y retrasar la aparición de este problema, nuestra especialista tiene claro lo que hay que hacer: "Mantener una alimentación adecuada y huir del sedentarismo".
Cuidar la alimentación
Es recomendable que siga el patrón de una dieta mediterránea, asegurando una cantidad suficiente de calorías, vitaminas, proteínas… en definitiva, una adecuada ingesta proteica. No obstante, en ocasiones es necesario adaptar el aporte proteico al estado nutricional de la persona, así como tener en cuenta otras posibles afecciones, como la patología renal crónica avanzada.
A esto hay que añadir, como menciona nuestra endocrina, que "a partir de los 70 años el apetito disminuye y la cantidad de la ingesta suele ser menor, por lo que el riesgo de una mala nutrición aumenta".
Evitar el sedentarismo
La actividad física no solamente ayuda a tratar la sarcopenia, sino que también previene:
- El deterioro de los huesos, con una menor probabilidad de sufrir fracturas.
- Problemas coronarios.
- Tensión arterial alta, por ejemplo, la actividad aeróbica alivia la tensión arterial.
- Diabetes.
- Depresión.
- Colesterol LDL o popularmente conocido como "colesterol malo". En este sentido, nuestra doctora nos matiza que "las personas activas tienen un aumento menor del colesterol LDL y una menor disminución de HDL colesterol, vulgarmente llamado ‘bueno’, que las personas sedentarias con la misma edad".
Para motivar la actividad física, nuestra especialista nos ofrece unas recomendaciones:
- Ejercicios de resistencia, fuerza, flexibilidad y equilibrio.
- Moderar la intensidad, y que sea constante.
- Caminar o practicar ejercicio durante media hora o 45 minutos cada día.
- Consultar con un doctor especializado o profesional licenciado en actividad física para guiar acerca del tipo de actividad física más adecuado, en caso de tener una determinada patología.
Como conclusión, nuestra endocrina nos indica que "en estas edades se deben fortalecer los músculos, sobre todo de las piernas, y mejorar la coordinación y el equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas"
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