Ponerse moreno puede ser una moda muy peligrosa para la salud. Y es que exponerse a los rayos de sol sin la protección adecuada es uno de los factores que más aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel.

Se calcula que la mitad de las personas de más de 60 años tendrán algún tipo de tumor en la piel, y un 25%, más de uno. Las revisiones con el dermatólogo permiten detectar más del 90% de los casos, y, en caso necesario, se puede confirmar el diagnóstico mediante una biopsia.

En este artículo te explicamos las causas de este tumor, qué aspecto tienen las lesiones, y qué cirugías y terapias existen en la actualidad.

Qué provoca el cáncer en la piel

Entre los factores de riesgo destacan la exposición a la luz solar y el tipo de piel. Mientras que podemos incorporar ciertas medidas para protegernos del primero, el segundo no es modificable, puesto que depende de la genética.

El doctor Luis Pastor Llord, jefe de la Unidad de Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología del Hospital Ruber InternacionalEste enlace se abrirá en una ventana nueva, nos señala que "dentro de las radiaciones solares, las más peligrosas son las provenientes de los rayos ultravioleta A UVA y B UVB, capaces de generar quemaduras de sol, fotoenvejecimiento y cáncer de piel".

También es cierto que los rayos de sol nos ayudan a obtener vitamina D durante todo el año, que es fundamental para la salud de los huesos e incluso para subir el estado de ánimo. Pero, exponernos de manera prolongada e intermitente durante los baños o al practicar ejercicio en verano, puede causar daños en el ADN de las células de la piel, que, además, debido al efecto memoria van acumulando defectos cromosómicos. Esto puede hacer que llegue un momento en el que el organismo no sea capaz de repararlos y empiecen a desarrollarse lesiones precancerosas y, después, cáncer.

En cuanto al tipo de piel, es un factor de riesgo que no se puede evitar porque está relacionado con la carga genética de cada persona. En concreto, existen 6 fototipos, según el tono de piel y la resistencia a quemarse. Dentro del primero se encuentran las personas con piel blanca, ojos azules y pelo rubio, que se queman fácilmente al exponerse al sol, y que, por tanto, pueden ser más propensas a esta enfermedad.

Cánceres de piel más frecuentes y los signos de alerta

Así se manifiestan los tumores en la piel:

Ilustración del carcinoma basocelularIlustración del carcinoma basocelular

Carcinoma basocelular en la cara, el más habitual

Este tipo de cáncer de piel es el más común. Su aspecto es como una lesión plana, abultada o ulcerada, que aumenta de tamaño y no mejora con los tratamientos prescritos.

Además, se produce por exposiciones a la radiación solar de forma repetida y prolongada, por lo que es habitual que se localice en la cara, llegando a provocar lesiones en párpados o nariz, o incluso a afectar a los huesos o los nervios.

El doctor Pastor nos explica que "carece de la capacidad para emigrar a otras localizaciones (metastatizar), siendo un tumor localmente agresivo, destruyendo e invadiendo los tejidos circundantes sin límites, ocasionando grandes destrucciones".

Por eso es muy importante detectarlo lo antes posible y así poder prevenir los daños en el rostro. Para diagnosticarlo es necesario acudir a revisión con el dermatólogo y, en ocasiones, recurrir a una biopsia para confirmarlo.

Carcinoma espinocelular

Esta lesión es muy común y también agresiva. El doctor señala que "suele aparecer, como el carcinoma basocelular, sobre lesiones precancerosas que denominamos Queratosis actínicas, y tienen capacidad de dar metástasis a distancia en un 13% de los casos, sobre todo si se afectan los labios, boca u orejas".

Para identificar este cáncer de piel, debemos prestar atención a una lesión rosada y rugosa, que, al palparla, está dura. Otra característica es que crece de forma lenta y continuada, y también es frecuente que esté rodeada de otras lesiones rugosas o verrugosas.

Melanoma, el más agresivo en la piel

El doctor hace hincapié en que es el cáncer de piel más peligroso. Y es que puede causar metástasis con rapidez, por lo que es fundamental detectarlo y tratarlo cuanto antes.

El melanoma se origina por las exposiciones a la radiación ultravioleta intermitente, muy especialmente en personas de piel clara que tienen más de 20 nevus o lunares. Aunque puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, es más común en el tronco de los hombres y en las piernas de las mujeres.

Un método para reconocer manchas que pueden ser sospechosas es la regla de ABCDE, que consiste en observar los siguientes puntos:

  • Asimetría en la forma o el color.
  • Bordes irregulares o geográficos.
  • Color, si notamos más de dos colores o pigmento dentro del lunar o nevus se distribuye de forma irregular.
  • Diámetro de más de 0,6 centímetros, aunque la dermatoscopia permite localizar melanomas más pequeños.
  • Evolución, si crece muy rápido o cambia, provocando sangrado, picor, dolor, o modifica el color. En todos estos casos siempre se debe acudir a consulta por si se trata de una lesión sospechosa.

Tipos de cáncer de pielTipos de cáncer de piel

Tratamiento de carcinomas

En general, la mayoría de los carcinomas se tratan mediante procedimientos tradicionales como cirugía, electrocoagulación, crioterapia o radioterapia.

A estos se suman otros más recientes como la cirugía micrográfica de Mohs, que consigue un menor índice de recidivas, es decir, de reaparición del tumor. El doctor nos explica que "consiste en estudiar microscópicamente los bordes de la lesión durante la intervención quirúrgica, indicando al cirujano por qué lado de la lesión debe continuar extirpando por estar aún afectado por el carcinoma, proceso que continuará hasta que esté completamente eliminado para luego cerrar la herida quirúrgica".

Igualmente, la terapia fotodinámica es otra de las novedades en el tratamiento del cáncer cutáneo que logra muy buenos resultados. Su principal ventaja es que actúa sobre las células cancerosas sin dañar los tejidos sanos próximos. Para ello, se incorpora a las células una sustancia fotosensibilizante que penetra mucho más en las células malignas. Se deja tres horas de incubación y después se exponen a una luz roja que promueve la estimulación de esta sustancia previamente introducida en el interior de estas células tumorales, provocando su destrucción.

Tratamiento para el melanoma

La única terapia para el melanoma es la cirugía, en la que se debe extirpar, además del propio tumor, un margen de 1 a 3 centímetros, dependiendo de la profundidad del cáncer.

Asimismo, la técnica para detectar el ganglio centinela en el melanoma ha mejorado su diagnóstico, y se recomienda cuando su grosor mide entre 1 y 3 milímetros . El doctor nos detalla que "este procedimiento sencillo detecta cuál es el primer ganglio al que migrarían las células del melanoma; este ganglio se extirpa y se analiza al microscopio conociéndose precozmente si existen o no metástasis ganglionares y modificando el seguimiento y tratamiento del paciente". De esta manera es posible una mayor precisión en la extensión del tumor, "evitamos la extirpación de todos los ganglios regionales en todos y cada uno de los pacientes eliminando así grandes cirugías con mucha morbilidad o sufrimiento por parte del paciente", matiza el especialista.

Orientador de salud personal

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