Comer sano en un bufé libre ¡es posible!
Aunque es difícil, se puede seguir una alimentación saludable en los bufés, y sin engordar, con estos consejos
Uno de los retos más complicados a los que nos enfrentamos en vacaciones es alimentarnos de forma saludable, pese a las tentaciones que nos rodean, las pocas ganas de cocinar, la relajación de costumbres y, por si fuera poco, ¡los bufés de los hoteles!
Y es que, una opción con excelente acogida popular son los establecimientos hoteleros que ofrecen el régimen de todo incluido, media pensión, pensión completa, etc., todos ellos caracterizados por el formato de bufé libre en el que los huéspedes se pueden servir todo aquello que deseen sin restricción de cantidades. Esto, que supone una enorme comodidad para el usuario, que se libera de cocinar, comprar e incluso pensar en ello, supone a su vez un problema para una elevada proporción de personas que no se ven capaces de controlarse y caen en una dejadez de excesos que acaba, irremediablemente, con unos kilos de más a final de vacaciones.
Pero no tiene por qué ser así. Comer de bufé y comer sano no son forzosamente incompatibles. En opinión de Elena de la Fuente Hidalgo, especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Quirónsalud San José: "El bufé libre, tan habitual en los hoteles, no es sinónimo de ‘probarlo todo, llenar los platos hasta arriba, repetir hasta que no se puede más o pensar que hay que amortizar lo que se ha pagado". Igualmente, la especialista añade que en verano es posible mantener hábitos saludables y además esto es muy recomendable. Por eso, te mostramos cómo confeccionar un menú saludable y nutritivo si vas de bufé libre.
Consejos para comer sano en un bufé (y sin engordar)
Aprende a escoger opciones saludables en el bufé del hotel que, además de ayudarte a guardar la línea en vacaciones, te permitirán seguir disfrutando de una gran variedad de platos:
- Elige un primero sano y saciante. Por ejemplo, nuestra especialista propone lo siguiente: "Si te sirves de primer plato una ensalada variada, gazpacho, verduras… dejamos menos espacio para otros alimentos menos sanos. Y si hacemos esto en la comida y en la cena, estaremos cumpliendo con la recomendación de consumir dos raciones de verdura diarias".
- Escoge un segundo con proteína, mejor de pescado. Si se veranea en un sitio de costa será sencillo encontrar una gran oferta de productos del mar, además del pescado propiamente dicho, como calamares, sepia, mejillones, gambas, etc. Y si se opta por una carne, hay que intentar que sea magra, como la de pollo, pavo, conejo, lomo de cerdo o ternera magra.
- Incluye carbohidratos de guarnición. El segundo plato se puede acompañar con un poco de pasta, arroz o patatas asadas que proporcionen los hidratos de carbono necesarios. Otra opción es añadir estos productos al entrante, enriqueciendo así la ensalada. Eso sí, tal como recuerda la especialista, no se debe convertir una ensalada de pasta o arroz en "pasta o arroz con ensalada".
- Añade color a los platos. Además de resultar más apetecibles, las ensaladas y mezclas de verduras que combinan varios colores serán también más completas nutricionalmente hablando. Por tanto, lo ideal es añadir a las ensaladas todo tipo de verduras: lechuga, escarola, espinacas, brotes, tomate, pepino, pimiento, zanahoria, remolacha, fruta… todo lo que se nos ocurra.
- Come despacio. Hay que tener en cuenta que la sensación de saciedad se produce en el cerebro unos 30 minutos más tarde que en el estómago, por lo que si comes muy deprisa, no dejas tiempo suficiente para percibir la señal de plenitud y sigues comiendo, aunque no lo necesites. La doctora de la Fuente aconseja: "Termina de comerte lo que te has servido en el plato, presta atención a tu estómago y pregúntate si te has quedado bien, si sientes hambre o si simplemente te apetece seguir comiendo. Si tienes sensación de hambre, espera cinco minutos antes de servirte más comida, ya que puede que una vez pasado este ratito, te sientas bien".
- ¿Y la famosa paella? No hay bufé en España que no ofrezca a diario algún tipo de paella, así que es inevitable que algún día te apetezca. ¡Y puedes! Siempre y cuando mantengas la costumbre de empezar la comida con un plato de ensalada o verdura, seguido de la paella, y no transformes la paella en un primero seguido de otro plato principal.
- No temas el postre. Aunque, como es natural, la opción más saludable es la fruta, resulta complicado ceñirse a esta alternativa, existiendo tantas otras más apetecibles. La especialista nos ofrece un truco: "Hay que hacer pactos con uno mismo y procurar no moverse en los extremos del todo o nada: o no como postre o me los como todos: si te apetece un dulce, no pasa nada, cómelo y disfrútalo, ingiriéndolo despacio, con conciencia plena y sin sentirte mal a posteriori. Pero no lo hagas todos los días".
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