Excesivo lagrimeo u “ojo lloroso”: qué significa
Causas del lagrimeo constante, cómo detectar la obstrucción del conducto lagrimal y en qué consiste su tratamiento para destaparlo
El exceso de lágrimas, o más conocido como sensación de ojo lloroso, puede ser indicativo de una obstrucción del lagrimal, que es el conducto por el que discurren las lágrimas hacia la nariz. No obstante, existen otras causas posibles. Por eso, la doctora Sonia Janneth Hincapié Hincapié, oftalmóloga del Hospital Quirónsalud San José, nos aconseja que "frente al lagrimeo u ojos llorosos, la recomendación es acudir al oftalmólogo para que realice una valoración exhaustiva y determine la causa, planteando así la solución más acertada para cada caso".
Pero ¿qué otros factores pueden causar el lagrimeo permanente? ¿qué signos nos ayudan a identificar el bloqueo de la vía lagrimal? ¿existen tratamientos para restablecer este conducto que permite el vaciado de las lágrimas hacia la nariz? Contestamos a todas estas preguntas.
Qué provoca el lagrimeo en los ojos
Nuestra especialista responde que "el lagrimeo ocurre porque existe un aumento en la producción de lágrima o porque hay una disminución o alteración en el drenaje. Existen múltiples causas de lagrimeo", entre las que se encuentran:
- Ojo seco
- Una mala posición del párpado o de la pestaña
- Reacciones alérgicas
- Cuadros inflamatorios oculares
- Obstrucción lagrimal
De todas ellas, la última suele ser la causa más habitual del lagrimeo en adultos, sobre todo en las mujeres.
La obstrucción del lagrimal, la causa más frecuente del lagrimeo en adultos
El lagrimal es el conducto que facilita el vaciado o drenaje de las lágrimas del ojo a la nariz. Por eso, cuando se origina el bloqueo de este conducto, no se vacían correctamente las lágrimas, generando el lagrimeo continuo. Al respecto, nuestra doctora nos detalla que "la lágrima que se acumula en el ojo se drena por un conducto que comunica con la nariz, de forma que la obstrucción o alteración en cualquier punto anatómico de ese conducto lleva al bloqueo de la vía lagrimal".
Además, esta obstrucción del lagrimal puede ser:
- Alta. Si se ha generado en los canales lagrimales, que conectan el ojo con el saco lagrimal donde se depositan las lágrimas.
- Baja. Si el bloqueo se ha producido en el conducto nasolagrimal, que comunica el saco lagrimal con la nariz.
Signos del lagrimal obstruido
Nuestra doctora nos comenta que "el diagnóstico generalmente es clínico, por los síntomas, mediante la exploración de la vía lagrimal realizada por el oftalmólogo para evaluar el drenaje de la lágrima". Y, en ocasiones, también se necesitan otras técnicas de diagnóstico por imagen específicas, como la dacriocistografía y el TAC lagrimal, que ayudan a descartar otros problemas o masas en el ojo.
Además del lagrimeo, el lagrimal obstruido puede provocar otros síntomas, como:
- Secreción nasal. Si se produce un bloqueo en el conducto nasolagrimal, también puede aparecer una secreción nasal mucopurulenta frecuente.
- Inflamación y molestias en el ojo. Eso puede ocurrir en los casos de dacriocistitis aguda, tal como señala nuestra doctora: "En casos de inflamación aguda del saco lagrimal o dacriocistitis aguda, está acompañada de dolor, calor e hinchazón en la parte interna del ojo, que hace necesaria la prescripción de tratamiento antibiótico".
- Bloqueo prolongado del lagrimal. Existen casos de dacriocistitis crónica en los que esta obstrucción se mantiene en el tiempo sin causar dolor ni hinchazón, pero sí provoca lagrimeo y secreción nasal mucopurulenta.
Cirugía para corregir el conducto lagrimal
Este tratamiento quirúrgico es indoloro y permite crear un nuevo conducto para el drenaje de las lágrimas hacia la nariz. Esta técnica se llama dacriocistorrinostomía o DCR y se realiza de forma ambulatoria con la ayuda de otorrinolaringólogos y oftalmólogos.
Existen 2 procedimientos de abordaje:
- DCR externa. Se realiza un corte o incisión en la piel de la zona interna del ojo.
- DCR endonasal. Se utiliza un endoscopio, que es un tubo especial que se introduce por la nariz. Entre sus beneficios, nuestra doctora apunta que "no hay cicatriz y la recuperación es mucho más rápida, además de tener un porcentaje de éxito entre el 90-95 %, similar a la cirugía mediante vía externa, si se realiza por profesionales entrenados en esta técnica quirúrgica".
Después de la intervención, es necesario aplicar un colirio con antibiótico y realizar lavados nasales, entre otros cuidados que se pueden hacer en casa. Y, normalmente, se puede recuperar la rutina a las 48 horas tras la cirugía.
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