La impresión 3D, también aplicada en cirugía cerebral
El tratamiento de un aneurisma cerebral se sirvió de una réplica de la circulación de la zona realizada por impresión 3D
Está en boca de todos: la impresión 3D es una auténtica revolución y va a dar solución a muchas cuestiones que, también, afectan a los temas relacionados con la salud.
En este caso, se trataba de implantar un nuevo dispositivo de embolización a través de un cateterismo cerebral que evitara la cirugía. Con el fin de planificar la operación con todo detalle y anticiparse a cualquier posible complicación técnica, previamente a la intervención se diseñó una réplica exacta de la circulación cerebral del paciente mediante una impresora 3D. Por supuesto, el modelo creado fue totalmente personalizado para el paciente, diseñado para reproducir con exactitud el funcionamiento de esa zona del cerebro.
El doctor Mario Martínez Galdámez, jefe de la Unidad de Neurorradiología Intervencionista del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz ha dirigido esta intervención llevada a cabo de forma pionera en la Comunidad de Madrid. Según sus propias palabras, "gracias a esta novedosa técnica es posible tratar aneurismas cerebrales con un solo dispositivo y en el transcurso de una intervención quirúrgica de apenas una hora de duración".
Otra de las ventajas de este procedimiento es que, al tratarse de una técnica intervencionista, requiere un ingreso corto, de dos o tres días, tras el cual el paciente puede volver a llevar una vida normal en un plazo de tiempo bastante reducido.
Cómo es el dispositivo implantado
El Medina Embolization Device, que así se llama el novedoso dispositivo, está realizado a partir de una aleación de metales que presenta una configuración de pétalos entrelazados que conforman una cesta esférica, que se amolda a la forma del aneurisma y le sirve de armazón, de manera que consigue desviar el flujo de sangre fuera de éste.
Qué es un aneurisma cerebral
Esta patología es un ensanchamiento anómalo en la pared de las arterias cerebrales que puede o no presentar síntomas, dependiendo de su forma y tamaño. Si bien es posible vivir con un aneurisma sin indicio de padecerlo, en ocasiones puede presionar un nervio y causar problemas oculares o adormecimiento de la cara. También, si se produce una ruptura, las consecuencias pueden ser muy graves ya que el paciente podría experimentar una cefalea intensa, crisis convulsivas, coma, e incluso fallecer.
Por tanto, una vez detectado el aneurisma es de vital importancia tratarlo. En ese sentido, "este procedimiento mínimamente invasivo, con un nivel de precisión desconocido hasta ahora, nos permite ser muy optimistas de cara a generalizar este tipo de tratamiento en un futuro", tal y como comenta el especialista.
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