Seguro que estos días has sentido el calor exagerado que se ha convertido en el claro protagonista de nuestras vidas, en todas las regiones. Y seguro que también has oído que existe la posibilidad de que esto provocara lo que se suele llamar "golpe de calor", que puede llegar a tener consecuencias gravísimas. Si bien esto es cierto, tampoco hay que alarmarse, ya que esto puede dar en casos extremos. Hasta cierto punto, es más o menos normal que las altas temperaturas que hemos sufrido desde hace casi un mes nos afecten en mayor o menor medida, provocando patologías como el denominado "estrés por calor", que consiste en un estado psicológico de abatimiento, o el llamado agotamiento por calor, paso previo a lo que se considera golpe de calor como tal, y que presenta síntomas como debilidad, malestar general, dolor de cabeza, ansiedad, temperatura elevada y mareo.

Sin embargo, la doctora María Dolores Rodríguez García, especialista en Atención Primaria y Medicina Familiar del Hospital La LuzEste enlace se abrirá en una ventana nueva nos explica cómo el llevar varios días sufriendo altas temperaturas puede llevar a que "el mecanismo de termorregulación del organismo deje de funcionar correctamente, lo que provoca una descompensación de la temperatura que puede poner en peligro la vida". Por eso es de vital importancia conocer cuáles son las señales de alarma, y saber distinguirlas de las patologías antes comentadas.

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Síntomas del golpe de calor

Se puede manifestar mediante:

  • Aumento de la temperatura corporal a 40 grados (fiebre alta) sin que sea debido a estar sufriendo una infección
  • Desaparición del sudor
  • Piel con apariencia seca, caliente y enrojecida
  • Aceleración del pulso
  • Mareos o síntomas de confusión mental

"En caso de padecer estos síntomas o detectar que alguien a nuestro alrededor los sufre, especialmente si es un niño o una persona mayor, debemos buscar asistencia sanitaria con urgencia, ya que puede provocar el coma y, acto seguido, el fallecimiento", concluye la doctora.

Cabe destacar que existen grupos de riesgo, con mayor peligro de sufrir estos golpes de calor. Se trata de los niños menores de 4 años y las personas mayores, ya que su sistema termorregulador es más débil, y también los individuos medicados con ciertos fármacos como barbitúricos o anticolinérgicos, y los que sufren neuropatía diabética. Hay que recordar que la ingesta excesiva de alcohol origina deshidratación y que, como es natural, practicar ejercicio de manera intensa en las horas centrales del día aumenta el peligro de padecer estos ataques.

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