Lipofilling vulvovaginal para mejorar la atrofia vaginal
Conoce la cirugía íntima con células madre y otros factores, que trata la sequedad vaginal y previene infecciones de orina tras la menopausia
El lipofilling vulvovaginal es una nueva cirugía íntima que utiliza células de grasa de la propia paciente para mejorar la atrofia vaginal. Este problema suele aparecer con la menopausia, que afecta a la salud sexual de las mujeres, causando problemas de lubricación o infecciones de orina repetitivas, lo que a su vez deteriora la calidad de vida. Todos estos síntomas se incluyen en el llamado síndrome genitourinario o atrofia vaginal, un problema muy común a partir de los 55 años.
Esta nueva cirugía genital proporciona beneficios a nivel estético y sexual. La doctora Marta Yuste Colom, especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Universitari Dexeus, nos indica que "las pacientes se sienten más cómodas y pueden volver a utilizar ropa estrecha, ir en bicicleta y recuperar actividades que las molestias del síndrome les habían impedido realizar en un momento u otro".
Pero ¿qué es la atrofia vaginal? ¿en qué consiste el injerto vulvovaginal? ¿cómo influye en la lubricación y la salud sexual femenina durante la menopausia?
Atrofia vaginal con la menopausia: qué es y sus causas
El síndrome genitourinario o atrofia vulvovaginal es muy frecuente en las mujeres después de la menopausia. De hecho, se calcula que afecta al 70-80% de la población femenina, y sus efectos suelen aparecer a partir de los 55.
Con la menopausia se produce una pérdida o fin de estrógenos, una hormona muy importante en la salud femenina, lo que provoca la atrofia vaginal o síndrome genitourinario. Hay que tener en cuenta que los tejidos del aparato genitourinario femenino tienen multitud de receptores estrogénicos, lo que lo hace especialmente vulnerable a los cambios de esta hormona.
Como resultado de ello, se producen los siguientes efectos:
- Los tejidos pierden colágeno y elastina
- La vascularización de los tejidos se reduce
- El epitelio sufre un adelgazamiento
- Pérdida de elasticidad
Otros casos en los que puede desarrollarse la atrofia vaginal son después de realizar ciertos procedimientos oncológicos, o en mujeres con enfermedades como liquen escleroatrófico vulvar, que afecta a la piel de la vulva, o un traumatismo vulvar.
Síntomas de atrofia vaginal en la menopausia
Normalmente, las mujeres con el síndrome genitourinario sufren infecciones de orina recurrentes, sequedad vaginal y dolor durante el sexo, lo que se conoce como dispareunia.
"Habitualmente las pacientes llegan a la consulta con estos problemas", apunta la doctora, quien añade que "los tres son consecuencia de un cambio anatómico y de pH en la zona vaginal debido a la falta de estrógenos".
Hay que tener en cuenta que durante el ciclo menstrual se produce la fase estrogénica, en la que las células de la vagina metabolizan la glucosa, que es el nutriente más importante del lactobacilo responsable de conservar el pH saludable. Sin embargo, la menopausia provoca una pérdida de estrógenos y de lactobacilo, lo que favorece la aparición de otras bacterias que afectan al pH.
En más detalle, la doctora precisa que "lo que vemos es que las paredes de la vagina han perdido volumen y no tienen pliegues internos, además de presentar un color nacarado, en vez del color rosado sano". Como consecuencia de la atrofia vaginal en la menopausia, las mujeres ven deterioradas su día a día y, en especial, su vida sexual.
Actualmente, se encuentran en estudio tratamientos alternativos a la terapia hormonal sustitutiva, por ejemplo, el láser vaginal o el ácido hialurónico. A estos hay que sumar el lipofilling o injerto vulvovaginal, un nuevo tratamiento para la atrofia vaginal que utiliza células grasas de la paciente y las aplica directamente en la zona íntima.
Lipofilling vulvovaginal para mejorar la estética y la salud íntima
Este nuevo procedimiento permite tratar la atrofia de la vulva y la vagina de forma eficaz, así como volver a tener una vida sexual satisfactoria. Y lo mejor de todo es que en uno o dos días se puede retomar la rutina.
Respecto al procedimiento, la doctora nos explica que "se trata de una cirugía sencilla en la que extraemos las células grasas de la paciente, a poder ser cercanas a la zona genital, las tratamos y las colocamos en vulva y vagina a través de cánulas, por lo que no queda ninguna cicatriz".
Concretamente, el lipofilling genital logra cambiar el pH vaginal, consiguiendo un incremento del volumen, la elasticidad y el flujo de sangre. En esta línea, la experta señala que "la presencia de células madre y de factores de crecimiento en el injerto provoca una mejora en la calidad de los tejidos".
Más allá de los beneficios estéticos, hay que añadir que esta técnica de cirugía íntima ayuda a prevenir infecciones urinarias gracias al reposicionamiento del orificio de la uretra. En este sentido, la doctora asegura que "las pacientes se sienten más cómodas y pueden volver a utilizar ropa estrecha, ir en bicicleta y recuperar actividades que las molestias del síndrome les habían impedido realizar en un momento u otro".
Tampoco hay que olvidar el efecto positivo en la salud sexual de las mujeres, quienes recuperan las ganas de practicar sexo, incrementan la calidad de sus relaciones y consiguen una mejor lubricación tras la menopausia. "En general, el lipofilling permite a las pacientes reiniciar una sexual activa satisfactoria", concluye la doctora.
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