Todas las claves para reconocer la bronquiolitis en bebés
Aprende a identificar esta enfermedad infantil desde sus primeras señales y conoce las recomendaciones para su tratamiento en casa
¿Sospechas que tu bebé está pasando por una bronquiolitis? Esta infección respiratoria se repite cada invierno con la llegada del frío, e incluso llega a causar importantes brotes entre la población infantil. Sus síntomas pueden ser muy alarmantes y, en ocasiones, confundirse con otras enfermedades típicas de otoño e invierno.
Hay que tener en cuenta que la bronquiolitis está originada por un virus que provoca una inflamación aguda de los bronquios. Y los más afectados son los niños de menos de un año. Así que es importante estar preparado para reconocerla y actuar lo antes posible, sobre todo en casos urgentes.
Para recopilar toda esta información, hemos acudido al Hospital Quirónsalud Valencia, donde el doctor Francisco Tomás Martínez, especialista en Pediatría y sus Áreas Específicas, nos explica cómo identificar la bronquiolitis desde el principio y nos ofrece consejos para tratarla en casa.
Cómo empieza la bronquiolitis
Esta infección respiratoria es similar a un resfriado común al principio. Concretamente, los niños comienzan con malestar, estornudan, pierden el apetito y tienen mocos y tos, que evoluciona de más seca a húmeda. Igualmente, se pueden detectar unas décimas de fiebre al inicio de esta enfermedad.
Con el tiempo, de 1 a 4 días, el menor pasa a toser con más frecuencia, se muestra irritable y no quiere comer. A esto se añaden otros síntomas respiratorios de la bronquiolitis como falta de aire, respiración acelerada y sonidos al respirar.
Uno de los efectos más alarmantes de la bronquiolitis es el problema para respirar, que, además, va empeorando y llega a su estado más grave en un periodo de 24 a 48 horas. Aquí es cuando se hace necesaria la hospitalización del menor, para que, de forma progresiva, note una mejoría.
Cuánto tiempo permanece la bronquiolitis en los bebés
Por lo general, se manifiesta de manera leve, y sus efectos tienen una duración de 7 días. Sin embargo, es posible que la tos se mantenga hasta un mes.
Hay que añadir la tos de la bronquiolitis no provoca el llamado "gallo inspiratorio", un silbido característico que sí se produce en la tosferina. Además, es seca y provoca accesos.
Tu bebé tiene bronquiolitis, ¿y ahora qué?
Si la situación no es grave, se puede tratar la bronquiolitis en casa, contando con la supervisión del especialista en Pediatría. Normalmente, esta enfermedad no requiere la toma de medicamentos, ya que estos solamente se utilizan en caso de que el niño tenga que ser hospitalizado.
Por lo tanto, el tratamiento va dirigido a aliviar los efectos de esta enfermedad infantil. Para ello, podemos seguir los siguientes consejos útiles:
- Realiza lavados nasales previos a cada toma. Debes hacerlos con suero fisiológico y por aspiración. De esta manera, aliviarás las mucosidades nasales.
- Facilita la postura del bebé en la cuna. Acuéstalo sobre su espalda, con una pequeña hiperextensión de la cabeza e intenta que haya una elevación de más de 30 grados.
- Evita que la habitación exceda los 20º de temperatura. Es preferible que no esté expuesto a lugares con una temperatura demasiado alta.
- Mantén hidratado a tu peque. En el caso de que no quiera consumir líquidos, debes ofrecerle cantidades más pequeñas con una mayor frecuencia.
- Comprueba la fiebre en diferentes momentos del día.
- Facilita un entorno relajado para tu hijo, evitando el uso de ropa ajustada o incómoda, o que esté demasiado abrigado. Tampoco es recomendable moverlo de manera brusca.
- No ofrezcas al bebé tratamientos anticatarrales u otros fármacos sin prescripción médica.
- Evita llevarlo a la guardería mientras continúen los síntomas de la bronquiolitis.
- No expongas al niño al tabaco, la contaminación o lugares con demasiadas personas.
- Sigue el control en Pediatría en uno o dos días en el caso de que el niño manifieste un empeoramiento.
- Acude a emergencias si la situación se agrava. Es fundamental contactar con urgencias si el niño no puede respirar o le cuesta más hacerlo, tiene un color fuera de lo normal, aumenta su frecuencia respiratoria, se muestra agitado, presenta pausas de apnea, vomita o evita comer.
Orientador de salud personal
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