Brote de bronquiolitis infantil: cómo prevenir los contagios
Indagamos en el reciente aumento de casos de bronquiolitis entre los niños y te explicamos cómo prevenir su propagación
La llegada del frío ha traído consigo un aumento de casos de bronquiolitis entre los más pequeños. Antes de la pandemia, esta infección respiratoria, que afecta principalmente a menores de dos años, era muy habitual de noviembre a marzo, pero este año se ha adelantado, e incluso se produjeron brotes anómalos de esta infección en verano.
La doctora Tatiana Acevedo Valarezo, neumóloga pediátrica del servicio de Pediatría y sus Áreas Específicas del Hospital Quirónsalud del Vallès, nos explica que "tener bronquiolitis significa que se ha contagiado por un virus que provoca la inflamación de los bronquios y bronquiolos". Esto da lugar a problemas respiratorios, tos y otros síntomas que, como es lógico, despiertan la preocupación de las familias que se enfrentan a este episodio.
Conoce en profundidad la enfermedad de la bronquiolitis, qué virus causa esta infección, cómo parar su propagación y qué medidas ayudan a aliviar los síntomas.
Qué es la bronquiolitis, síntomas y señales de alerta
Esta enfermedad pediátrica es muy común durante los meses fríos y, en general, tiene una duración de 7 a 10 días. La doctora Acevedo nos explica que "la bronquiolitis es la primera infección de la vía respiratoria inferior de origen viral que sufre un niño menor de 2 años, y constituye la primera causa de hospitalización en este grupo de edad, sobre todo de menos de 12 meses".
Cabe poner especial atención en bebés de menos de tres meses, prematuros, con cardiopatías o con alteraciones de la inmunidad, ya que son los que presentan más riesgo de bronquiolitis grave. No obstante, la doctora nos avisa que "también se han visto casos graves, que requieren ingreso hospitalario, en niños y niñas previamente sanos".
¡Atención a los síntomas de bronquiolitis!
- Tos.
- Mocos.
- Febrícula de 37,5ºC o fiebre no muy alta a partir de 38ºC.
- Ruido parecido a "pitos" al respirar, que se origina cuando el aire pasa por los conductos estrechos.
- Pérdida de apetito, a causa de la enfermedad en sí misma, el cansancio o la tos, que también puede provocar vómitos.
- Respiración agitada. Sobre este efecto de la bronquiolitis, la doctora nos recomienda estar alerta "si el bebé presenta una respiración agitada, abomba el abdomen o hunde las costillas al respirar, come menos de lo habitual, o rechaza el alimento, y no moja el pañal, y está poco activo y quejoso".
- Apneas o deja de respirar por unos segundos. Esto suele ocurrir en bebés de menos de 3 meses, y puede requerir el ingreso hospitalario.
Ante estos indicios de la bronquiolitis, la especialista nos aconseja prestar especial atención, y acudir a urgencias si la fiebre permanece más de dos días o si esta alcanza los 39ºC o más, si nuestro hijo tiene mal aspecto, si la respiración se altera como se ha descrito, y también si hace apneas o si come mucho menos de lo normal.
El virus de la bronquiolitis y cómo se contagia
La bronquiolitis es de origen viral, lo que significa que está causada por un virus. En la mayoría de los casos suele ser el Virus Respiratorio Sincitial, o por sus siglas VRS, aunque existe un pequeño porcentaje producido por otros virus. Se transmite a través de partículas infectadas que se pueden inhalar, o que, al quedar depositadas en objetos, se tocan y se llevan a los ojos, la boca o la nariz.
En concreto, el virus VRS causa inflamación y obstrucción de los bronquios y bronquiolos, que son los conductos por los que pasa el aire que respiramos. La doctora añade que "la inflamación se traduce en que la pared de estos conductos se engrosa, estrechando su diámetro interno y, a su vez, se genera y acumula mucosidad dentro de ellos". Como consecuencia de todo ello, aparecen los problemas respiratorios.
Hoy en día no existe una vacuna para prevenir la infección del VRS, pero cada vez está más cerca, según nos indica la doctora: "La Agencia Europea de Medicamentos ya autorizó en noviembre un anticuerpo monoclonal (nirsevimab), que posiblemente para el próximo año pueda usarse a modo de vacuna en periodos de mayor riesgo de bronquiolitis". Lo que sí se puede hacer es vacunarse de gripe y Covid-19 para prevenir estas enfermedades, que también son muy frecuentes en la época de otoño e invierno.
Cambios en los brotes de bronquiolitis
Después de dos temporadas marcadas por los contagios de la Covid-19, la incidencia de virus como el VRS se trastocó, y ahora parece que está volviendo a circular entre los meses de noviembre y marzo, que es el periodo habitual.
A causa de la pandemia, se ha observado un cambio de estacionalidad, como, por ejemplo, circulaciones anómalas en verano y, de manera más reciente, adelantándose dos semanas a su circulación normal. Según nos explica la experta, el nivel actual de ingresos hospitalarios por bronquiolitis solía registrarse en la segunda quincena de noviembre antes de la pandemia. Pero en las últimas cuatro semanas, la incidencia de esta enfermedad en España se ha incrementado de los 14 casos por cada 100.000 habitantes a los 45,1, y además la curva de contagios aumenta de forma exponencial desde hace cinco semanas.
Por otro lado, según la curva de contagios de este año, se prevé que el 20% de los menores tendrá un episodio de bronquiolitis en su primer año de vida. Aunque la bronquiolitis puede afectar a menores de 2 años, el grupo más afectado son los lactantes de 2 a 6 meses. Sin embargo, la especialista nos comenta que "ahora también puede llegar a detectarse en niños de 2 a 4 años, que han estado menos expuestos al virus debido a las medidas de prevención contra la Covid-19, tan necesarias para evitar su propagación. Han estado más protegidos y menos inmunizados frente a virus respiratorios, y ahora se ven afectados también este grupo etario, pero es una percepción".
10 reglas para prevenir los contagios
Protege a los pequeños de las infecciones respiratorias típicas de invierno con estas recomendaciones:
- Limpia las manos con frecuencia, usando agua y jabón, durante 30 segundos.
- Evita tocar al bebé si no te has lavado las manos previamente con agua y jabón, o con una solución hidroalcohólica. Recuerda hacerlo antes y después de cambiarle el pañal, antes de preparar el biberón o darle el pecho, y también antes de darle de comer.
- Evita compartir cubiertos, chupetes o biberones que no se hayan lavado previamente.
- Limpia regularmente juguetes y peluches.
- Evita salir de casa con el niño si existe la sospecha de que tiene bronquiolitis. De esta manera ayudas a frenar la propagación del virus a otros niños.
- Ventila las habitaciones todos los días durante 10 minutos, incluyendo la estancia del menor.
- Las personas resfriadas o con síntomas que estén en contacto con el bebé deben utilizar mascarilla para prevenir el contagio. Esto también incluye a otras personas que no pertenecen a la familia.
- Evita exponer al menor al humo del tabaco tanto en el domicilio como en la calle o en el coche, estén presentes o no, ya que las partículas nocivas permanecen en la ropa, el pelo y las manos hasta que se limpian, y también se quedan depositadas en muebles, cortinas y tapicería.
- No conviene acudir con menores de 4 años a sitios de gran concentración de personas, como centros comerciales o transporte público, ya que podrían entrar en contacto con personas resfriadas.
- Recuerda que la lactancia materna tiene un efecto muy positivo para el bebé frente a las infecciones, aunque esto no elimina por completo la posibilidad de padecerlas.
Por último, la doctora apunta que "todas estas medidas en conjunto pueden ayudar a prevenirla y evitar la propagación del virus, por lo que es de vital importancia que todos las apoyemos".
Tratamiento de la bronquiolitis
Al igual que ocurre con otras infecciones virales, no hay un tratamiento específico, y lo normal es que se curen por sí solos. "Únicamente los niños que son hospitalizados, en algunos casos necesitarán ayuda con aparatos para respirar mejor", apostilla la especialista.
Eso sí, se puede incorporar una serie de medidas para mejorar los síntomas de la bronquiolitis:
- Realiza lavados nasales para ayudar a liberar los mocos de la nariz, que se pueden hacer antes de comer para que el bebé se sienta más aliviado. Para ello, puedes usar suero fisiológico.
- Coloca al niño incorporado y boca arriba para evitar la acumulación de mucosidades en la garganta.
- Ofrécele líquidos en pequeñas tomas más frecuentes para mantener una buena hidratación. También puede tomar agua y zumos entre las comidas.
- Evita el uso de antibióticos sin prescripción médica, ya que no sirven para las infecciones de origen vírico como es el caso de la bronquiolitis.
- No uses mucolíticos o antitusivos, que pueden ser contraproducentes, tal como advierte la experta: "Dar un fármaco para parar la tos a un paciente al que toser le ayuda a expulsar secreciones y por lo tanto a respirar mejor, puede empeorar el cuadro".
- En caso de fiebre, se puede tomar un antitérmico.
¿Resfriado o bronquiolitis?
La principal diferencia entre ambas enfermedades es que el resfriado comienza a mejorar después de dos días; mientras que la bronquiolitis tiene un empeoramiento progresivo a lo largo de los tres primeros días. "Los signos más preocupantes de la bronquiolitis son progresivos y se debe consultar ante un bebé con sospecha de resfrío que notemos que presente dificultades para respirar, pitidos y rechazo al alimento", agrega la doctora.
Diferencias entre bronquiolitis y bronquitis
La bronquiolitis es la primera infección respiratoria que sufre un bebé o menor de 2 años en la vía respiratoria inferior. Por lo tanto, solo se denomina bronquiolitis al primer episodio, ya que ocurre una vez en la vida. "A los episodios posteriores los llamaremos bronquitis, por lo que un niño puede haber padecido una bronquiolitis y tres bronquitis, por ejemplo", matiza la doctora.
Riesgo de asma tras la bronquiolitis
Esta es una preocupación muy común entre las familias después de que el bebé haya tenido bronquiolitis. Lo cierto es que el 50% de los lactantes con bronquiolitis presenta un mayor riesgo de sufrir bronquitis al año siguiente. "Esto se debe a que las vías respiratorias han sufrido una inflamación en un momento importante de su maduración y crecimiento", precisa la doctora.
En cuanto a la probabilidad de desarrollar asma, sí puede existir más riesgo en los niños que han tenido varias bronquitis. Eso sí, la doctora concluye que "obviamente, que tu hijo haya tenido una bronquiolitis no significa que vaya a ser asmático".
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