Cómo usar el inhalador
Técnicas de inhalación y otras características de este dispositivo
El asma, la EPOC… son algunas de las enfermedades respiratorias que pueden necesitar tratamiento médico administrado con ayuda de los inhaladores, que son dispositivos normalmente fáciles de manejar.
La doctora Lorena Comeche Casanova, jefa asociada de Neumología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, nos explica que "la mayor parte de los tratamientos para las enfermedades de la vía aérea son inhalados, ya que esto tiene ventajas como la acción directa del medicamento sobre la vía aérea, conseguir un mayor efecto terapéutico con menor dosis y disminuir los efectos secundarios".
El inconveniente es que, en ocasiones, la técnica de inhalación resulta complicada. El hecho de hacerlo adecuadamente, o no, puede interferir que el fármaco alcance el lugar de actuación. Por eso, es muy importante conocer cómo usar el inhalador para asegurar su efecto. Además, el procedimiento varía entre la amplia gama de inhaladores, que puede clasificarse en dos grupos:
- Inhaladores presurizados
- Inhaladores de polvo seco
¿Sabes en qué se diferencian? ¿crees que no los usas correctamente? ¿quieres conocer las características de cada uno? Respondemos a tus dudas.
Inhaladores presurizados
Dentro de este grupo, además del convencional con forma de "L", encontramos otros tipos, que se diferencian por el tamaño de las partículas, la velocidad de administración o por incorporar un sistema que se activa mediante la aspiración del paciente.
En general, estos inhaladores contienen la medicación suspendida dentro del cartucho presurizado. En la base de este cartucho hay una válvula que se conecta a un soporte de plástico, a través de la cual se expulsa el fármaco.
Nuestra neumóloga nos explica que "cuando se presiona el cartucho, la válvula libera una dosis fija de fármaco en una nube movida por un propelente" que se encuentra en los aerosoles para facilitar la expulsión del líquido. Por lo tanto, es vital que coordinemos esta acción y el ritmo de nuestra inspiración para su administración adecuada.
Niños y ancianos: casos especiales
Esta coordinación entre pulsación e inhalación puede resultar complicado en estos casos:
- Niños. Con menos de 4 años pueden ayudarse de mascarillas y cámaras espaciadoras y, de 4 a 6 años, pueden optar por la mascarilla, si lo necesitan. A partir de esa edad pueden elegir inhaladores de autodisparo, con cámara espaciadora o sin ella.
- Ancianos o personas que presentan limitación física o psíquica. Entonces es aconsejable el uso de la cámara espaciadora.
Pros y contras de los inhaladores presurizados
Los aspectos positivos son:
- Dosis establecida y exacta.
- Sin presencia de lactosa.
- Fáciles de llevar, limpiar y conservar, y, además, son resistentes a la humedad.
- Se percibe la inhalación.
- No requieren un flujo de inspiración alto.
No obstante, se observan inconvenientes como:
- Dificultad para coordinar la pulsación y la inhalación.
- El depósito en la zona orofaríngea, o garganta, es alto, lo que puede causar efectos secundarios como disfonía o candidiasis.
- Efectos del propelente. Puede causar irritación y además, la velocidad a la que sale expulsado y su temperatura pueden ocasionar que se detenga la inspiración, debido a la caída del paladar blando, provocando una especie de tos que se conoce como efecto freón-frío.
Inhaladores de polvo seco
Son igual de eficaces que los inhaladores presurizados convencionales. Pero, a diferencia de estos, los de polvo seco no necesitan propelentes para expulsar la medicación, que se encuentra en forma de polvo, sino que es liberada después de una inspiración activa de la propia persona. Nuestra neumóloga nos explica que "el aerosol que se genera es de tipo heterodisperso, y el tamaño de las partículas respirables que se originan depende del flujo inspiratorio del paciente".
El hecho de que sea necesario una determinada inspiración para su activación lo convierte en un inconveniente para su uso en determinados casos. Al respecto, nuestra neumóloga nos matiza que "para ser activado el sistema, el mínimo flujo es de 30 L/min o litros por minuto, lo que puede ser difícil de conseguir en ancianos, niños o pacientes con un trastorno respiratorio grave".
Ventajas e inconvenientes de los inhaladores de polvo seco
Como aspectos positivos de los inhaladores de polvo seco se destacan:
- Es sencillo de manejar y de tamaño pequeño.
- Se indican las dosis.
- Ya no es necesaria la atención entre pulsar e inspirar.
- Se libera una dosis uniforme de medicación.
Frente a estas ventajas, existen ciertos inconvenientes como:
- Necesita inspirar activamente con un flujo mayor que en el inhalador presurizado.
- Mayor impacto en la zona orofaríngea, que se sitúa en la garganta.
- Riesgo de perder la dosis preparada, si se sopla en el dispositivo.
- Es complicado sentir la inhalación en algunos dispositivos.
- Riesgo de apelmazarse o afectar a su eficacia con la humedad.
- Tienen un precio superior a los inhaladores presurizados.
- No es apto para niños con menos de seis años, ni tampoco en casos de agudizaciones severas.
¿Cómo utilizar los inhaladores?
Estas son las pautas de un correcto uso de inhaladores presurizados y de polvo seco.
Inhaladores convencionales: cómo usarlos
- Posición adecuada: De pie o sentado porque ayudan a expandir el tórax.
- Prepara el inhalador: quita la tapa, oriéntalo con la parte más corta hacia la boca, como la "L", y agítalo.
- Antes de acercar el inhalador a la boca, exhala el aire de los pulmones completamente.
- Coloca el inhalador: la boquilla se pone en la boca, cerrándola con los labios, sin morder con los dientes y apartando la lengua.
- Comienza a tomar aire por la boca de manera lenta.
- Pulsa el cartucho una única vez, al mismo tiempo que sigues tomando aire por la boca, de manera lenta y profunda.
- Retira el inhalador y continúa con la inspiración ocho o diez segundos más para que la medicación se dirija a los bronquios. Por último, exhale el aire poco a poco.
- Una nueva dosis. Si así lo tiene prescrito, debes esperar 30 segundos para otra dosis.
- Lava la boca con agua para terminar.
Inhaladores de polvo: cuál es la técnica
Este tipo de inhaladores se pueden diferenciar a su vez en unidosis y multidosis. Aunque la técnica puede presentar algunos cambios, en líneas generales estos son los pasos a seguir:
- Posición adecuada: incorporado.
- Prepara el inhalador. En unidosis, se quita la tapa y se coloca una cápsula en el compartimento. En multidosis, se realiza la activación del sistema de inhalación, que depende del dispositivo elegido, por ejemplo, en algunos se trata de girar la base a la derecha y después a la izquierda, hasta escuchar el "clic".
- Paso específico en dispositivo unidosis. Permanece con la boquilla hacia arriba, y se presionan los pulsadores para el perforado de la cápsula.
- Antes de acercar el inhalador a la boca, exhala el aire de los pulmones completamente.
- Seguidamente, sitúa la boquilla del inhalador en la boca y los labios de manera que no haya huecos.
- Toma aire por la boca de manera rápida y profunda.
- Sigue inspirando 8-10 segundos adicionales y, posteriormente, expulsa el aire poco a poco. Por último, puedes apartar el dispositivo de la boca.
- Último paso. En unidosis, debes comprobar que la cápsula está vacía, sacándola del compartimento. En caso de que no lo esté, repite los pasos anteriores para completar la dosis. En multidosis, es recomendable que transcurran 30 segundos para administrar una nueva dosis.
- Una vez finalizado, tapa el inhalador y enjuágate la boca para eliminar restos.
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