Síncopes y su riesgo en las mujeres
Te explicamos qué son los síncopes, los posibles desencadenantes y cuáles están más relacionados con las mujeres
¿Sabías que los síncopes afectan a más mujeres que hombres? Se caracterizan por provocar una pérdida de conciencia y de tono muscular de forma repentina. Afortunadamente, duran unos segundos y en la mayoría de los casos no entrañan un riesgo grave para la salud, aunque esto depende de su origen.
La población joven es la más afectada por los síncopes, y pueden manifestarse en hombres y mujeres. Sin embargo, existen una serie de desencadenantes que están más presentes en el sexo femenino. El doctor José Nieto Tolosa, especialista de Cardiología en el Hospital Quirónsalud Murcia, nos indica que "el síncope vasovagal suele presentarse en personas jóvenes y sanas, y ligeramente más en mujeres, presentando un pico de mayor incidencia al final de la adolescencia". No obstante, los mayores de 70 años también pueden sufrir estos desmayos.
Te contamos qué es el síncope, por qué se origina y qué hacer ante un desmayo.
Qué es un síncope y cuál es su origen
No es un simple mareo. Este desmayo se caracteriza por provocar la pérdida de conciencia y de tono muscular de forma brusca. Normalmente, dura un tiempo breve y la persona vuelve en sí de manera espontánea. El doctor Luís González Torres, especialista en Cardiología, nos explica que "se debe a una disminución transitoria del flujo sanguíneo cerebral. Es una de las causas más frecuentes de consulta médica en verano. En la mayoría de los casos tiene un buen pronóstico".
Se distinguen tres tipos de síncopes
Por su origen, se clasifican en:
- Síncope vasovagal, de reflejo o lipotimia. No suele ser grave y, en general, está causado por una bajada repentina de la presión arterial. Esto provoca una disminución del flujo sanguíneo en el cerebro y, como resultado, se produce el desmayo. El doctor Nieto añade que "es debido a una respuesta aumentada del sistema nervioso autónomo encargado del control de la frecuencia cardiaca y la tensión arterial, en respuesta a determinados estímulos".
- Síncope secundario a la tensión baja. Este tipo de mareo aparece con los cambios de la postura del cuerpo, como, por ejemplo, levantarse muy rápido de la cama o de una silla.
- Síncope cardiogénico o de origen cardiaco. Puede ser grave, ya que está asociado a enfermedades cardiacas, como taquicardias u oclusión de la válvula de salida del corazón. Por eso, el doctor González insiste en que "los síncopes cardiogénicos son graves y de riesgo, y requieren una valoración específica por un cardiólogo para tratar la causa subyacente".
Causas de la bajada de la tensión y su relación con la mujer
Generalmente, la caída de la tensión arterial es lo que motiva la disminución de la sangre en el cerebro y, como resultado, se origina el desmayo de tipo vasovagal. Esto puede ser desencadenado por varios factores, y dos de ellos están más vinculados a las mujeres. Entre las causas de la hipotensión están:
- Factores genéticos. Concretamente, la tensión baja o hipotensión es más habitual en las mujeres y personas delgadas.
- Pérdida brusca de sangre. Durante la menstruación, las mujeres pierden gran cantidad de sangre durante días, y esto las hace más propensas a tener hipotensión o tensión baja. Otra posible situación es sufrir una lesión, que puede afectar a la circulación de sangre por las arterias.
- Levantarse rápido después de estar sentados o tumbados. Este cambio repentino de postura puede provocar síntomas como mareos, desorientación y vista borrosa.
- Falta de hidratación. El doctor Gonzalez nos recuerda que "si no se mantiene un nivel adecuado de líquidos en el cuerpo, disminuye el volumen de sangre".
- Comidas copiosas. Cuando terminamos de comer, la sangre va hacia el aparato digestivo, reduciendo su cantidad en otras partes del cuerpo, lo que da lugar a una bajada de la presión.
Por último, el doctor González nos avisa que "hay personas que pueden tener valores bajos de tensión arterial sin sufrir ninguna molestia. Sin embargo, cuando se produce una caída brusca de la tensión, pueden aparecer mareos, desorientación y desmayos".
Cómo actuar ante un síncope
En general, se debe tumbar a la persona desmayada y elevar sus piernas, y así esperar hasta que se recupere. Es recomendable no levantarla inmediatamente, ya que esto podría incitar un segundo desmayo. "Los síntomas acompañantes del síncope vasovagal, como son las náuseas, palidez, o sudoración, en ocasiones, pueden durar algo más de tiempo", matiza el doctor Nieto.
En algunos casos, se puede anticipar el síncope vasovagal por una serie de señales de alerta, como calor, náuseas, mareos, sudoración o visión borrosa. En caso de detectarlas, es aconsejable tumbarse en el suelo con las piernas levantadas o sentarse para prevenir posibles caídas o incluso evitar el síncope.
Por otra parte, el doctor Nieto nos recomienda otras medidas: "Existe una serie de maniobras encaminadas a contrarrestar la disminución de la presión arterial mediante ejercicios isométricos de piernas o brazos, dirigidos a aumentar el retorno venoso e intentar compensar la bajada de tensión arterial, como cruzar y tensar los músculos de las piernas o el ‘handgrip’".
Hay que añadir que los síncopes cardiacos aparecen de forma súbita, por lo que no es posible anticiparse. Al respecto, el doctor González aclara que "pueden darse durante el ejercicio y en personas con una enfermedad cardiaca ya diagnosticada o con antecedentes familiares de cardiopatía hereditaria".
¿Se pueden prevenir?
Depende del origen del síncope. Si es de tipo vasovagal, se pueden incorporar una serie de pautas higienicodietéticas para prevenir el estímulo reflejo que lo provoca. En cambio, si es cardiogénico, es fundamental detectar la enfermedad cardiaca que lo causa y recibir el tratamiento adecuado. Por eso, nuestros especialistas nos aconsejan diagnosticar el origen de los síncopes para conocer la mejor forma de tratarlos y mantenerlos bajo control.
© 2024 Quirónsalud - Todos los derechos reservados