Pescado azul y la contaminación de metales
¿Se debe eliminar el consumo de pescado azul en la dieta? Te explicamos por qué no
La posible contaminación del pescado azul con metales tóxicos, como el mercurio, es la razón de que su consumo esté generando dudas y los consumidores lo excluyan de su dieta. Esta incertidumbre hace que, en ocasiones, se opte por el pescado blanco en su lugar, pese a que ambos aportan múltiples beneficios al organismo e incluso el azul proporcione nutrientes extra de los que carece el blanco.
Hablamos de la posible contaminación en los pescados azules, cómo se pueden incluir en la dieta de manera saludable y qué les diferencia de los pescados blancos.
La presencia de metales tóxicos en el pescado azul
Lamentablemente, es cierto que la contaminación por metales tóxicos está presente en algunas especies de pescado azul, aunque no en todas.
Desde Quirónprevención nos apuntan que "por desgracia, la contaminación por metales presente en ciertas especies es un hecho. Sin embargo, esto solo ocurre en especies grandes que viven muchos años". La razón de ello es que las especies de gran tamaño viven durante más tiempo y se alimentan de otras de menor tamaño, las cuales contienen pequeñas concentraciones de los metales. Así es como se acumulan unas cantidades cuyo consumo regular está desaconsejado.
Entonces, ¿se debe eliminar el pescado azul de la alimentación? No. En este sentido, la recomendación de nuestros especialistas de Quirónprevención consiste en "simplemente limitar el consumo de las especies mayores, como emperador, pez espada y atún, entre otros, y aumentar el de especies pequeñas, como sardinas, boquerones o anchoas, arenque, trucha, jurel, lamprea, palometa..." Lo importante es comprender que no se puede generalizar al hablar de un tipo de alimento y que todo depende de cómo y cuándo lo consumamos. Pero prescindir del pescado azul en la dieta es un error que no debemos cometer, y menos teniendo en cuenta la suerte que tenemos de contar con tantas especies deliciosas, nutritivas y asequibles.
Eso sí, cabe añadir que su consumo no se recomienda en mujeres embarazadas y los menores de 10 años, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.
Diferencias entre el pescado azul y el blanco
El pescado azul se denomina también pescado graso por su alto contenido en grasa, puesto que esta supera el 5%. La mayor parte corresponde a grasas poliinsaturadas, que son ácidos grasos esenciales entre los que se encuentra el Omega 3, tan importante para la salud cardiovascular, entre otros beneficios. Además, y en contra de lo que a menudo se piensa, no suponen un alto aporte de calorías.
En cambio, el pescado blanco se caracteriza por poseer pequeñas cantidades de grasa, en concreto inferiores al 2-3%. Por otro lado, comparte con el pescado azul nutrientes saludables como la vitamina D y proteínas de alto valor biológico.
Ejemplos de pescados azules
- Anchoa
- Anguila
- Arenque
- Atún
- Bonito del norte
- Boquerón
- Caballa
- Emperador
- Jurel
- Lamprea
- Pez espada
- Salmón
- Salmonete
- Sardina
- Verdel
Y entre los pescados blancos encontramos
- Merluza
- Rape
- Mero
- Lenguado
- Gallo
- Bacalao
- Acedia
- Bacaladilla
- Besugo
- Rodaballo
- Abadejo
Vitaminas y minerales del pescado azul
Además de los ácidos grasos esenciales y las proteínas, los pescados azules proporcionan:
- Vitamina A
- Vitamina D, fundamental para la salud de los huesos
- Vitaminas del grupo B, especialmente B1, B2, B3 y B12
- Potasio
- Fósforo
- Magnesio
- Hierro
- Iodo
Todos estos nutrientes hacen que el pescado azul se incluya entre los alimentos que favorecen el descanso, además de proporcionar energía y positivismo en la rutina.
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