Ventajas del robot Da Vinci en la cirugía de próstata
Esta técnica mínimamente invasiva facilita el acceso a este órgano, aporta precisión y mejora la recuperación del paciente
El robot Da Vinci ha supuesto una auténtica revolución en la cirugía en diferentes especialidades quirúrgicas, y la urología es una de ellas. Y es que, tal como nos indica el doctor José Manuel Rodríguez Luna, jefe del servicio de Urología del Hospital Quirónsalud Madrid, "hay órganos, como la próstata, que por su ubicación profunda y anatomía compleja son de difícil acceso para acometer procedimientos quirúrgicos. El sistema robótico ayuda a alcanzarlos e intervenirlos de forma más precisa y con una mejor y más rápida recuperación".
La próstata, un órgano de cirugía compleja
Hay que tener en cuenta que se trata de un órgano relativamente pequeño, que se encuentra poco accesible a la labor de los cirujanos. Además, está ubicada en una zona profunda, lindante con ramas nerviosas y vasos que es importante preservar para evitar las secuelas de los procedimientos quirúrgicos. Por otra parte, está bordeada por los músculos que preservan la continencia urinaria y fecal, siendo una glándula de vecindad del recto y de la vejiga. Asimismo, la inervación y la vascularización que finalizan en el pene y son responsables de la erección discurren en paralelo a la cara posterior de la próstata. Todas estas características hacen que las cirugías en esta zona sean de especial complejidad.
Ventajas de la cirugía con el robot Da Vinci
La incisión necesaria cuando se practica una extracción de la próstata a través de cirugía abierta es aproximadamente de entre 8 y 12 centímetros, con la necesidad de una apertura del plano muscular y de todas las estructuras de la pared abdominal. En cambio, el acceso para introducir los brazos robóticos requiere pequeñas incisiones, de entre cinco a ocho milímetros (cuatro o cinco incisiones), que no lesionan la pared abdominal del paciente.
Resumiendo, la cirugía robótica es un procedimiento menos traumático, con mejor capacidad de preservación de las estructuras musculares, vasculares y nerviosas. Además, la visión tridimensional y cercana a las estructuras anatómicas otorga al procedimiento una gran meticulosidad. Finalmente, la recuperación postoperatoria y el mantenimiento de catéteres y sondas es más corto, lo que ayuda a una incorporación más temprana a la vida cotidiana y a la práctica de actividad física.
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