¿Es posible saber la fertilidad de la mujer analizando el pelo?
Un ensayo clínico estudia el cabello como nuevo método para medir la reserva ovárica
Una muestra del cabello podría determinar la reserva ovárica de la mujer, es decir, el número de óvulos de los que dispone y que disminuyen con la edad y otros factores. De ello trata el reciente ensayo clínico presentado por la doctora Yolanda Cabello Vives, directora científica de la Unidad de Reproducción Asistida del Complejo hospitalario Ruber Juan Bravo.
En concreto, el estudio se titula "Detección cuantitativa de las hormonas biológicamente relevantes: Hormona antimulleriana (AMH) y progesterona en muestras de cabello humano". Estas son, precisamente, las dos hormonas que sirven de biomarcadores para valorar la fertilidad de la mujer, y también se utilizan para plantear el proceso de reproducción asistida.
Hoy día, si una mujer quiere conocer cuál es su reserva ovárica debe realizarse un análisis de sangre y una ecografía ginecológica. En general, estas técnicas no causan dolor, pero pueden ser molestas y, a su vez, requieren seguir las indicaciones médicas, por ejemplo, se recomienda realizar la ecografía en la primera fase del ciclo menstrual.
Ahora, esta investigación abre un nuevo escenario menos invasivo y más sencillo, que puede suponer una gran ventaja en la planificación de los tratamientos de reproducción asistida, así como de la maternidad, sobre todo en las mujeres que no descartan ser madres, pero que lo posponen por diversos motivos como el desarrollo profesional o la inestabilidad económica.
Te explicamos en qué consiste la investigación y los resultados obtenidos.
Ensayo clínico: objetivos y características
¿Es posible evaluar cantidades biológicamente importantes de la hormona antimulleriana y de la progesterona, que son los biomarcadores de la fertilidad, en las muestras del pelo? Contestar a esta cuestión fue el objetivo de la investigación en la que participaron 152 mujeres, de 18 a 65 años, y que tuvo una duración de 10 meses.
Para obtener la respuesta, se extrajeron muestras sanguíneas y de pelo de las participantes, sin que fuera necesario que este incluyera el folículo piloso. También se les realizaron ecografías ginecológicas para hacer el recuento de los folículos antrales, que es otro de los indicadores que se utilizan para determinar la reserva ovárica, junto a la medición del nivel de antimulleriana en la sangre.
Conclusiones del estudio
La investigación concluye que es posible detectar la progesterona y la antimulleriana a través de las muestras del pelo. Además, los niveles de la antimulleriana o AMH que se observan en el cabello tienen una correlación positiva con la edad biológica de la mujer y el recuento de los folículos antrales.
Pese a que la antimulleriana es una hormona bastante estable durante el ciclo menstrual, puede presentar una variabilidad en sus mediciones agudas. Esto podría hacer que resultara más útil cuantificar esta hormona a través de la muestra del pelo de la mujer, teniendo en cuenta la correspondencia detectada en el estudio; y más aún si se valora que el pelo puede almacenar biomarcadores durante semanas, y en cambio la medición de la AMH en suero podría indicar únicamente los niveles que figuran en ese momento.
No es la primera vez que se plantea el uso de las muestras del cabello, y de hecho existen estudios previos neuroendocrinológicos, en seres humanos y animales, en los que se ha usado la detección de hormonas esteroides en el pelo. Pese a ello, en la actualidad las mediciones de antimulleriana en el cabello no se usan con un fin clínico.
Otra ventaja que se desprende del ensayo es que el análisis de cabello podría suponer una técnica no invasiva para cuantificar esta hormona, lo que, en definitiva, podría mejorar la manera de abordar la salud reproductiva femenina, alrededor de la cual, en ocasiones, hay cierto desconocimiento social.
Cabe destacar que los ensayos clínicos son un acceso precoz a nuevas terapias, que requieren pasar por 4 fases, y su participación está disponible para las personas que reúnan las condiciones indicadas en cada estudio.
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