Pautas para entender la disfunción sexual de forma global
Afecta a mujeres y hombres, y abarca muchas y diversas problemáticas. Descubre sus causas y posibles soluciones
A menudo se entiende el término "disfunción sexual" como la incapacidad masculina para tener relaciones sexuales, concretamente el coito, probablemente porque se ha extendido su uso (mal uso) para referirse a este problema, cuando en realidad es un concepto que abarca mucho más.
En realidad, la descripción correcta de disfunción sexual es la dificultad durante cualquier etapa del acto sexual, que incluye desde el deseo, la excitación, el orgasmo y resolución, que hace imposible que el individuo o la pareja disfruten de la actividad sexual.
Cabe destacar que, pese a que se ha avanzado enormemente en este terreno, el sexo todavía está rodeado de muchos prejuicios y sigue siendo tabú, convirtiéndose en objeto de innumerables contradicciones, ya que para la OMS es un integrante básico de la salud entendida como un completo bienestar físico, psíquico, social y sexual.
Causas de la disfunción sexual
La doctora Teodora G. Alb Lucanu, responsable de la Unidad de Terapia Sexual creada de forma conjunta entre los hospitales Quirónsalud Sagrado Corazón e Infanta Luisa y ubicada en el Centro Médico Quirónsalud Los Remedios, nos señala las tres causas principales:
- Sociales (70%)
- Psicológicas (20%)
- Orgánicas (10%)
Esto significa que la gran mayoría de los trastornos tiene su origen en condicionamientos culturales, poca información, aprendizaje inadecuado, mala técnica, vergüenza o miedo. Quizá ese sea el motivo de que la disfunción sexual sea mucho más frecuente de lo que pensamos. En concreto, se estima que el 52% de las mujeres y el 38% de los hombres habrán sufrido algún tipo de disfunción sexual en algún momento de sus vidas.
Principales disfunciones sexuales en mujeres
Aunque se distinguen cuatro tipos de disfunciones principales, en muchas ocasiones coexisten o alguna de ellas es consecuencia de otra.
En general, se presentan estas disfunciones:
- Dispaurenia (coito doloroso) y falta de lubricación (49%)
- Anorgasmia o disritmia (42%)
- Deseo sexual inhibido (37%)
- Vaginismo (5%)
En el caso de las mujeres, existe además el agravante de que a muchas de ellas les cuesta hablar sobre estos problemas y, a menudo, lo esconden tras una alteración de origen biológico como, por ejemplo, la menopausia, un cambio hormonal, una escasa lubricación, etcétera.
Nuestra especialista nos aclara que "solo el 10% de las disfunciones son debidas a causas orgánicas que el ginecólogo puede ver y tratar en consulta; seguidas del 20% causadas por problemas psicológicos y psiquiátricos como depresión, abuso, maltrato, trastorno bipolar, que aunque en un segundo momento se pueden derivar a terapia sexual, el primer paso es un tratamiento en consulta de un psicólogo".
Por otra parte, el 70% restante se debe a causas sociales, como puede ser un mal aprendizaje, una mala técnica o el rechazo al contacto sexual. Precisamente, en estas últimas es necesaria la terapia sexual que actúa en los niveles cognitivo, afectivo y conductual. Acerca de ello, nuestra especialista nos comenta que "la aplicación de esta técnica por parte del ginecólogo es doblemente beneficiosa, cubre el 80% de las causas y, en el marco de la terapia, facilita una información exhaustiva, ya que es mayor el conocimiento anatómico de los genitales y la fisiología de la respuesta sexual humana".
Por último, nuestra doctora concluye que "es fundamental tratar desde la prevención con una buena educación sexual y con carácter curativo, buena orientación y terapia individualizada para cada alteración".
Disfunciones sexuales en hombres
Las principales son:
- Disfunción eréctil (50% de mayores de 75 años)
- Eyaculación precoz (30%)
- Eyaculación retardada (4%)
Disfunción eréctil
Un hombre con esta disfunción sexual no puede lograr una erección o mantenerla, dificultando así la práctica sexual. Este problema es más evidente en edades avanzadas, estando presente en casi la mitad de los hombres con más de 75 años.
Las causas de la disfunción eréctil pueden ser orgánicas, entre las que encontramos los cambios en el riego sanguíneo, en las hormonas o en la conducción nerviosa o las consecuencias de una operación o medicación; funcionales, en las que el mecanismo de erección presenta un bloqueo central sin causa física aparente, o mixtas.
Eyaculación precoz
Esta ocurre antes de la penetración vaginal o sin que haya transcurrido un minuto dentro de la vagina. El hombre que sufre esta disfunción sexual se siente incapaz de retrasar la eyaculación, y esto puede hacer que se frustre o se preocupe, provocando incluso que evite el sexo.
Las causas de la eyaculación precoz pueden ser:
- Fisiológicas, que son las causas de base y que se pueden resumir en que el umbral del reflejo eyaculatorio se encuentra a un nivel muy bajo, haciendo que este comience con una menor excitación sexual. Por lo general, a estas se pueden sumar otras como:
- Psicológicas, por ejemplo, la ansiedad.
- Circunstanciales, como puede ser llevar mucho tiempo sin relaciones sexuales.
- Orgánicas, en el caso de una eyaculación precoz secundaria, es decir, que aparece después de un tiempo en el que sí que ha habido una adecuada función sexual, puede estar causada por la prostatitis, la uretritis o disfunciones anteriores.
Eyaculación retardada
Al contrario que sucede en la eyaculación precoz, el umbral del reflejo eyaculatorio se sitúa a un nivel muy alto, lo que dificulta alcanzar la eyaculación. Su principal causa también es fisiológica, además de un excesivo control del hombre.
Cuando la eyaculación retardada surge después de una etapa en la que ha funcionado adecuadamente, puede ser debida a causas orgánicas, entre las que se encuentran algunas enfermedades como la diabetes o de tipo neurológico, así como cambios hormonales, intervenciones quirúrgicas o cierta medicación, por ejemplo antidepresivos.
Frente a estas disfunciones es recomendable acudir al especialista para abordarlas con un tratamiento adecuado que nos permita disfrutar de los beneficios de la actividad sexual.
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