Bulto en el pecho u otras molestias, ¿qué significan?
Conoce los tipos de bultos benignos que pueden aparecer en las mamas y qué se recomienda hacer
Todas las mujeres deberían palparse los pechos una vez al mes siguiendo los pasos de la autoexploración mamaria. Esta medida preventiva, junto a las mamografías periódicas, constituyen las principales herramientas para la detección precoz del cáncer de mama.
Mediante la palpación podemos detectar bultos, engrosamientos y otros cambios que podrían avisarnos de un tumor de pecho. La doctora Lucía González Cortijo, jefa del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y especialista en Hospital Quirónsalud Toledo, nos explica que "lo más frecuente es la aparición de un bulto en la mama o en la axila, aunque en ocasiones no hay ninguna lesión palpable y lo que la paciente aprecia es asimetría entre las mamas, o retracción de la piel o del pezón".
Pero ¿qué pasa si encuentras un bulto en el pecho? ¿cuáles son los bultos no cancerosos más frecuentes? ¿qué pruebas ayudan a saber si se trata de un tumor maligno? Sigue leyendo para conocer las respuestas.
Bulto en la mama y su relación con el cáncer
Detectar un bulto en un pecho no siempre implica un cáncer, también puede deberse a cambios hormonales que tienen lugar en la vida de la mujer. De hecho, el 80% de los bultos en los senos son benignos y, por tanto, no cancerosos.
Hay que tener en cuenta que las mamas pueden parecer nodulosas al tacto debido a la grasa y los conductos glandulares, además de que por debajo se encuentran las costillas y los músculos.
Otro dato significativo es que la mayoría de las mujeres experimentan durante el ciclo menstrual cambios en el pecho, como hinchazón, molestias o incremento de la nodularidad, a causa de la acumulación de líquido adicional en el tejido mamario.
Por todo ello, es importante conocer los pechos y realizar la autoexploración cada mes, tratando de comprobar el aspecto, el movimiento y la piel, así como posibles secreciones en el pezón o la areola.
A partir de los 40-50 años, dependiendo de cada caso, se recomienda empezar con las mamografías periódicas. Esta prueba diagnóstica permite detectar lesiones en la mama antes de que aparezcan los síntomas.
Si noto un bulto en el pecho, ¿qué hago?
Durante la palpación de los pechos, ¿qué pasa si tocas un bulto o un engrosamiento en uno de ellos? En primer lugar, debes comparar ambos pechos mediante el tacto; y si los notas igual, es probable que se trate de tejido mamario.
Si el bulto continúa después de la menstruación, es aconsejable acudir al especialista para su valoración. También se recomienda consultar la aparición de nuevos bultos o engrosamientos en las mamas después de la menopausia.
En cualquier caso, la doctora insiste en que "ante la duda, siempre es mejor consultar con un especialista, especialmente si hay historia familiar".
Bultos benignos en los senos: los más habituales
Con frecuencia se encuentran bultos benignos como:
- Mastodinia o dolor de mama. Este síntoma es muy común, y se relaciona con los cambios hormonales del ciclo menstrual, con la presencia de quistes, o con ambos. Normalmente, este dolor del pecho es temporal, por lo que se debe consultar con el especialista si persiste o si va acompañado por un bulto en la mama.
- Cambios fibroquísticos o mastopatía. Este proceso mamariogenera dolor y bultos en los pechos, y se estima que afecta a la mitad de las mujeres de entre 25 y 50 años. También pueden aparecer quistes o sacos con líquidos, cuyo tamaño y molestia son mayores, especialmente antes de la menstruación. Su tratamiento requiere observación y, en ocasiones, el drenaje del líquido mediante la punción por aspiración con aguja fina.
- Fibroadenoma. Este bulto es redondo y móvil, y, además, parece gomoso al tacto. Se compone por tejido fibroso y glandular, y puede alcanzar un tamaño de 3 centímetros. El embarazo o la toma de anticonceptivos pueden incrementarlo. Aunque la mamografía muestra su aspecto benigno, pueden indicarse otras pruebas complementarias como la ecografía o la punción.
- Galactorrea. Estas secreciones de los pechos no suelen ser cancerosas y en la mayoría de los casos se relacionan con la administración de anticonceptivos o de otros fármacos como tranquilizantes o ansiolíticos. También pueden ocurrir en las mujeres que presentan cambios fibroquísticos, que tienen lesiones leves en los conductos próximos al pezón o que padecen infecciones. En cualquier caso, no dudes en consultarlo con los especialistas.
Cómo saber si es un tumor benigno o maligno
A través de las técnicas de diagnóstico, entre las que se encuentran:
- Mamografía. Esta técnica de rayos X se incluye en los programas de cribado del cáncer de mama a partir de los 50 años, antes en algunos casos. El doctor Vicente Martínez de Vega Fernández, jefe del servicio de Diagnóstico por la Imagen de los hospitales universitarios Quirónsalud Madrid y Ruber Juan Bravo, nos explica que "buscamos en las imágenes de tomografía pequeños nódulos o distorsiones dentro del tejido y también como microcalcificaciones". La detección precoz de estas calcificaciones, en ocasiones, pueden ser indicio de que se está desarrollando un cáncer de mama, lo que permitiría comenzar el tratamiento de forma temprana y, como resultado, mejorar el pronóstico.
- Ecografía para identificar quistes líquidos en el pecho. Esta prueba con ultrasonidos permite diferenciar los quistes líquidos y también se recomienda en mujeres que tienen mamas densas, entre otros usos.
- Resonancia magnética para analizar bultos en la mama. Esta técnica de diagnóstico avanzada permite detectar tumores que no se han visualizado en las pruebas anteriores. Por eso, puede indicarse en el caso de palpar un bulto en el pecho o presentar cualquier anomalía a simple vista. También se aconseja en mujeres con un alto riesgo de desarrollar este cáncer o con antecedentes en la familia.
- Biopsia para analizar si un tumor es maligno o benigno. En el caso de detectar nódulos o lesiones sospechosas de ser cancerosas en el pecho, se recomienda realizar la biopsia para extraer células del tejido y determinar si existe riesgo. Igualmente, su información resulta muy útil para el tratamiento.
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